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opa deportiva puesta, zapatillas bien abrochadas y listas para la carrera, pulsera medidora preparada para contabilizar cada paso y cada metro, auriculares para poder escuchar la banda sonora de Rocky, brazalete y, cómo no, tu iPhone. Sales del portal de tu casa con ganas de comerte el mundo. Todos esos utensilios que llevas pegados a tu cuerpo te convertirán en una poderosa máquina de correr. Tras el calentamiento y estiramiento oportunos, te lanzas con tu trote cochinero pero, eh, no vas más rápido porque no quieres. Que si quisieras... Bueno, ya mejor mañana. ¡Ponte serio! Tu dispositivo como entrenador personal.