hemos probado la Lumix GX7. Continúa abajo para leer el análisis
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Ya han pasado un par de años desde la irrupción en el mercado de las cámaras Micro 4/3, un producto que comparte gran parte de su filosofía con el iPad que Steve Jobs nos presentó en enero de 2010: "Es mucho mejor en algunas cosas clave". Sin embargo, después de todo este tiempo, ambos productos no han tenido la misma suerte; el iPad ha demostrado que su "pequeño" nicho de mercado es mucho más grande que el propio mercado de ordenadores tradicionales, mientras que las cámaras Micro 4/3 no lo tienen tan claro. Se suponía que este tipo de cámaras tenían que ser mejores que las de un smartphone y más cómodas y ligeras que las réflex tradicionales, pero no está del todo claro si lo están consiguiendo. Los móviles, que ya contaban con las mejores herramientas para "disparar y compartir", están empezando a incluir cada vez mejores sensores, como en el caso del iPhone 5s o el Nokia Lumia 1020, y eso se lo está poniendo muy difícil. En MacToday queremos saber si las últimas micro 4/3 son mejores en algunos aspectos clave respecto a los móviles y a las réflex tradicionales, por eso hoy vamos a analizar la Panasonic Lumix GX7, el modelo más avanzado de la marca.

 

Hardware: Presentada en agosto de este año, la Lumix GX7 cuenta con un precio de 1.099€. Nada más verla lo primero que llama la atención es su diseño. Con un estilo retro, que tan de moda está últimamente en las cámaras, la GX7 no pasa desapercibida. El cuerpo está construido en magnesio, lo cual le da una gran durabilidad y un peso pluma que ronda los 400g. En la mano es una cámara que se siente muy cómoda, esta es una sensación que se consigue gracias a la combinación de peso y la forma. Aun así, por culpa del tamaño, en sesiones muy largas resulta más cómoda una réflex tradicional, puesto que pese a ser más pesadas no nos hacen encoger la mano.

El sensor de la cámara, de tipo Live MOS, cuenta con un factor de forma de 4x3 (para eso es una micro 4/3) y una resolución de 16mp. El sensor es bastante rápido y permite capturar ráfagas veloces. Sin embargo, suele tender a necesitar ISOs elevados incluso en situaciones no muy adversas. Esto hace que si bien la cámara tenga un ISO aceptable hasta ISO 800 o 1600, al final acabemos necesitando recurrir demasiado a estos valores (o alguno superior) si queremos disparar la imagen a una velocidad medianamente rápida sin utilizar el flash. Como es habitual en las cámaras avanzadas aparte del JPEG podemos sacar imágenes en RAW. Fotos aparte, la GX7 es capaz de grabar video FullHD a 1080p, aunque si lo que queremos es grabar video será mejor comprar una Blackmagic Pocket Cinema Camera en vez de la Lumix.

En cuanto a los visores, una de las partes más importantes de cualquier cámara, la Lumix GX7 cuenta con una pantalla táctil y un visor electrónico. La pantalla táctil tiene un tamaño de 3" y es abatible, una característica muy bien recibida cuando queremos sacar imágenes con planos cenitales por ejemplo. La reproducción de color y el contraste es bastante bueno, pero el hecho de ser táctil supone un handicap (más adelante hablaré de esto). En cuanto al visor electrónico he de decir que tenía bastante curiosidad por probarlo después de estar acostumbrado a los visores que incluyen las réflex. Si bien es de agradecer toda la información extra que incluye, la sensación no me terminó de convencer: al ser una reproducción de lo que ve la cámara, lo que vemos siempre está condicionado por el tratamiento del sensor. Otro detalle a tener en cuenta, sobre todo si estás acostumbrado a las cámaras réflex, es que el visor electrónico cuenta con una pantalla en la que es muy fácil distinguir los píxeles individuales.

El cambio entre el visor y la pantalla táctil se realiza de forma automática gracias a un sensor incluído al lado del visor electrónico. En teoría este sensor reconoce cuando acercamos nuestra cara a la cámara para hacer de forma automática el cambio. En la práctica este sensor acaba siendo demasiado sensible y nos desactiva la pantalla táctil en situaciones en las que no hemos acercado la cara a la cámara. Por suerte esto se puede desactivar, aunque estaría bien que se redujese la sensibilidad.

 

La GX7 cuenta con conexiones WiFi y NFC, aunque no están pensadas para que tuiteemos desde la cámara sino para transferir fotos

 

En cuanto a las conexiones, la cámara incluye un puerto USB 2.0, un miniHDMI y salida AV. Un tipo de conexión que no suele ser habitual y que sí se incluye en la GX7, es el WiFi y el NFC, hablare más de la utilidad de esta característica en la sección de software pero puedo adelantar que su uso está más destinado a la transferencia de las imágenes que a conectarnos a Facebook. Como soporte de almacenamiento la GX7 cuenta con una ranura para tarjetas SD, siendo compatibles con tarjetas SDHC y SDXC. Personalmente recomiendo comprar una tarjeta lo más rápida posible si queremos tener la posibilidad de sacar grandes ráfagas de fotos.

 

Software: El apartado del software y la interfaz que incluye la cámara están completamente condicionados por la pantalla táctil, lo cual en muchas ocasiones es más un handicap que un valor añadido. Acostumbrados a la respuesta de iOS, navegar por los menús de la GX7 es todo un paso atrás, puesto que son algo confusos y la respuesta al toque no es la esperada. Y si bien es posible desactivar las funciones táctiles y controlar la interfaz por medio de los botones, esta solución no es del todo idónea debido a que todo está pensado para ser tocado y hay acciones que no se pueden realizar mediante los botones.

 

La pantalla táctil supone más un handicap que un valor añadido a la hora de controlar la cámara

 

De toda la información que la cámara muestra en el visor, me ha llamado especialmente la atención (a la vez que me ha parecido una gran idea) el inclinómetro digital que se incluye. Este inclinómetro nos muestra de forma muy visual (recuerda a lo que veríamos en un avión) si la cámara se encuentra torcida o no, por lo que ya nos podemos olvidar de sacar imágenes con el horizonte inclinado.

En cuanto a las funciones del WiFi que comentaba antes, estas están pensadas para que podamos transferir imágenes desde la cámara hasta nuestro teléfono, tablet u ordenador. Salvo en el caso del teléfono, en el que no nos queda más remedio, la transferencia de fotos es mucho más eficiente (en tiempo y batería) hacerla conectando la tarjeta o la cámara directamente al Mac o al iPad. Otro uso que le podemos dar al WiFi, es controlar la cámara de forma remota gracias a la app de Panasonic. Si bien queda muy chulo y guay utilizar el iPhone como visor o disparador remoto, esta es una de esas características que solo usamos el primer día. Siendo realistas no me imagino a nadie de paseo con la GX7 en una mano mientras en la otra sujeta su iPhone con el que acciona el disparador. Esto que digo hace que la función de disparo remoto solo se utilice cuando la cámara esté colocada en un trípode para hacer por ejemplo fotos de estudio. Y si son fotos de estudio lo que buscamos hacer, hay alternativas que por un precio menor nos darán mejores prestaciones, por no decir que de estar en un estudio podemos conectar directamente la cámara a nuestro Mac por USB.

 

Conclusiones: En general estamos ante un buen producto, que no solo cuenta con un diseño muy atractivo, sino que además saca buenas imágenes (si las condiciones de luz son muy buenas). Sin embargo, la idea de situarse entre un iPhone y una réflex hace que se encuentre en tierra de nadie. Ni son tan portables como el teléfono que llevamos siempre encima, ni hay tanta diferencia para un usuario "raso" entre sacar fotos con el 5s o con la GX7. El usuario avanzado que busque control sobre la imagen se va a encontrar con un menú y funcionamiento venido a menos para que sea accesible a más gente. Las micro 4/3 no llegan a ser tan buenas en algunos aspectos clave respecto a un smartphone o réflex como si lo es el iPad respecto a un iPhone o Mac.

Sin embargo, si lo que buscamos es una cámara un poco más avanzada de lo normal, con un cuerpo reducido, un diseño espectacular y no nos importa pagar los 1.099€ que cuesta, la Lumix GX7 es nuestra cámara. Si lo que queremos es una buena cámara de fotos y que aunque no cuente con un diseño tan cuidado si saque unas imágenes muy buenas quizás debamos fijarnos en una réflex como la nueva Nikon D5300, que ofrece todo esto por un precio mucho más ajustado.

por Asier García. Vídeo realizado por Rubén Fontela