La posición de iOS. Continúa el artículo abajo

L NUEVO AÑO NO PUEDE LLEGAR EN MEJOR MOMENTO PARA IOS. ACABA DE RECIBIR LA MAYOR ACTUALIZACIÓN DESDE SU NACIMIENTO Y EN LOS PRIMEROS DÍAS YA BATIÓ TODOS LOS RÉCORDS HABIDOS Y POR HABER DE ACEPTACIÓN E IMPLANTACIÓN POR PARTE DE LOS USUARIOS.

La apuesta era arriesgada; más allá de añadir unas características nuevas aquí o un cambio de comportamiento allá, iOS 7 ha supuesto un profundo cambio de interfaz en lo que hasta ahora era el sistema operativo móvil más estable del mercado, y que además hacía de ello seña de identidad y una de las características positivas más relevantes ante una competencia que ha estado años dando bandazos sin sentido para no llegar a ningún lado.

 

Y no sólo eso. iOS 7 ha provocado todo un terremoto en la App Store. Decenas de miles de aplicaciones han renunciado a sus propios paradigmas de interfaz para abrazar las nuevas líneas marcadas por Jonny Ive y su equipo.

 

¿Es esto necesariamente bueno? Es difícil de evaluar. Sin duda la principal riqueza de iOS, su principal arma en la guerra de sistemas operativos móviles, es su catálogo de aplicaciones. No existe ningún otro ecosistema tan rico y con aplicaciones de tanta calidad. Resulta fácil para todos recordar algunos de los nombres de aplicaciones más emblemáticas, parte de cuyo éxito reside en una interfaz personalizada y diferenciada. Sin embargo, la uniformidad que trae iOS 7 está haciendo que muchas de esas aplicaciones pierdan parte de su personalidad. Y no hablamos precisamente de aplicaciones banales; los grandes buques insignia de la App Store también parecen algo desorientados, hasta el punto que en un vistazo rápido resulta difícil diferenciar una captura de pantalla de Twitterrific de una de Tweetbot, otrora santo y seña de la interfaz original y característica.

 

Como siempre, las nuevas reglas de Apple hacen que muchos jugadores confundan al principio el juego, y eso les lleva a perder el partido (esperemos que no a perder el campeonato). Si miramos las aplicaciones nuevas, las que no tienen nada que dejar atrás, las que nacen directamente en iOS 7, vemos que las líneas maestras del nuevo sistema operativo no tienen por qué ser necesariamente alienadoras de la personalidad de cada aplicación, de cada interfaz. Hablamos por ejemplo de Castro, el último reproductor de podcasts, o de DashPlus, la aportación de Patrick Rhone al mercado de las apps de productividad. Estas dos aplicaciones aparecen en submercados ultracompetitivos, con grandes rivales a los que derrotar y con numerosos candidatos a usurpar los correspondientes tronos; sin embargo, su nacimiento de cero, sin servidumbres anteriores, suponen para ellas una baza a favor casi imbatible, y un ejemplo vivo de que adaptado a iOS 7 no significa plano y monótono.

 

Que Tweetbot haya perdido parte de su personalidad al adaptarse a iOS 7 no significa que todos los grandes vayan a sufrir similar destino. Day One, otro de los prebostes del diseño de interfaz, ha tenido una adaptación mucho menos polémica y a través de la cual la personalidad de la aplicación no se ha visto diluida, sino subrayada. Algo parecido ha pasado con otros grandes como Pocket Casts o MindNode. Incluso no debemos perder de vista al propio Tweetbot que en las aplicaciones menores subsiguientes ha ido recuperando parte de su personalidad perdidas.

DESLIZA

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Así pues, iOS 7 no sólo ha revolucionado iOS, sino que también ha supuesto un estímulo para todo su ecosistema de software cuyos efectos ni siquiera estamos empezando a ver todavía. Los diseños novedosos son todavía pioneros y creo que necesitaremos meses para que las mentes de los diseñadores se abran y comience el verdadero espectáculo.

 

Y eso sólo en software. Porque iOS 7 es mucho más, y tiene que ver con hardware. Más allá de las características físicas de los nuevos iPhones y iPads, es una realidad que de manera absolutamente silenciosa e inesperada iOS se ha convertido en el primer sistema operativo móvil de 64 bits. ¿Y eso para qué vale? Una vez más la verdadera dimensión de todo esto está por llegar; en los días que termino este artículo estamos leyendo noticias sobre cómo el A7 pilló completamente desprevenida a la industria de los procesadores móviles y cómo todavía han sido incapaces de reaccionar. Ahí está el verdadero calado de este movimiento. La competencia de Apple ha sabido interpretar la jugada, ya que donde nosotros vemos un pequeño cuadrado negro que pone A7 ellos ven su verdadero potencial, ellos ven Matrix donde nosotros sólo vemos el coche de Angry Birds Go! correr a toda velocidad.

 

Pero no es sólo un gran procesador y su desarrollo futuro o una cámara que hace ponerse de rodillas a competidores de más megapíxeles. Estamos ante avances que van más allá de lo que lleva el iPhone del año pasado o lo que lleva el iPhone del año que viene. Un ejemplo de esto son los iBeacons, un sistema de comunicación por proximidad usando bluetooth 4.0 de bajo consumo que va a triunfar allí donde el NFC ha fracasado. Con la compatibilidad retroactiva hasta el iPhone 4S, Apple tiene un mercado potencial de más de 200 millones de dispositivos capaces de operar bajo este nuevo marco de comunicaciones, un parque de clientes que operan bajo un mismo protocolo. Cualquier desarrollador puede crear una app para iOS que reciba notificaciones de iBeacons ubicados en tiendas, eventos deportivos o conciertos. Incluso se puede usar este sistema para pequeños entramados de domótica, un terreno donde la imaginación es realmente el único límite (junto con el dinero, claro está). El NFC, la gran apuesta de Samsung y de Android, no puede siquiera soñar con todo esto, y se ha visto reducido a una broma, a pegatinas de colores para que se apague el Wi-Fi cuando entremos al coche.

 

Volvamos pues al título de este artículo, La posición de iOS, y démonos cuenta de que, más allá de la entusiasta visión de este ya no tan joven fanboy, iOS se encuentra hoy en el mejor momento de su vida. Es un sistema operativo establecido, maduro, con cientos de millones de dispositivos en el mercado, pero que a eso aúna la frescura y la innovación de que le dota su última actualización. Asimismo, el piensa despacio de Apple respecto al hardware le ha puesto por primera vez en una posición de clara y objetiva ventaja ante la competencia.

 

Ahora sólo nos queda sentarnos ante la App Store para ver cómo termina de fructificar todo esto. Al menos hasta que conozcamos qué vuelta de tuerca le puede dar a todo esto iOS 8.

DESLIZA

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