"SIEMPRE DOS HAY, NI MÁS NI MENOS. UNO PARA DETENTAR EL PODER, OTRO PARA AMBICIONARLO"
Esta frase puede resumir perfectamente lo que se conoce en el universo Star Wars como la regla de los dos que rige la Orden de los Señores Sith desde unas guerras fratricidas que sufrieron en tiempo inmemorial. Asimismo, esta misma regla sirve para definir muchísimos sectores del mercado de consumo actual, donde dos marcas se disputan la prevalencia y el favor de los clientes. Apple no es ajena a estas disputas y ha estado presente en estos duelos al sol desde casi su nacimiento.
La primera vez fue más o menos como cuando tenemos 6 ó 7 años y nos gusta una niña en el colegio; solemos decir "es mi novia, pero ella no lo sabe". De esta manera Apple se veía a sí misma como el antagonista natural de IBM, una empresa a la que Steve Jobs despreciaba por encarnar todos los valores opuestos a aquellos en los que él basaba su vida. Si Steve Jobs te decía "tienes pinta de trabajar para IBM" podías asegurar que estabas recibiendo el mayor insulto posible en su escala personal. IBM por su parte era demasiado vanidosa como para reconocer que Apple podía ser un rival o un competidor serio.
IBM creó la plataforma PC como respuesta a los ordenadores Apple I y II, y desencadenó de esta manera la primera guerra mundial por la informática doméstica. Jobs hizo que IBM apareciera como un gran hermano orswelliano en el famoso anuncio televisivo de 1984 e incluso llegó a declarar:
"Si, por algún motivo, cometemos algún gran error e IBM gana, mi pensamiento es que vamos a entrar en una Era Oscura de la informática que durará 20 años"
Cuando IBM anunció su PC en 1981, el sistema operativo que incluía se llamaba MS-DOS y provenía de una pequeña empresa de Redmond llamada Microsoft. En una maniobra para ponerse de pie y aplaudir, Bill Gates acordó con IBM que no le vendería el software, sino que lo licenciaría para su uso cobrándole por cada equipo que lo llevara instalado. IBM accedió sin dudar porque desde su punto de vista el negocio estaba en el margen del software y la operación le salía muchísimo más barata. De esta manera, fue Microsoft y no IBM quien estaba realmente creando el standard PC que ha llegado hasta nuestros días, y por tanto tomó el relevo del gigante azul en la lucha contra Apple, la cual se encarnizó cuando el terreno de batalla pasó a ser el sistema operativo con entorno gráfico, que ambas empresas habían conocido a través de Xerox.
Aunque al comienzo de esta batalla las fuerzas estaban igualadas, la presentación de Windows 95 supuso un golpe casi definitivo, consiguiendo Microsoft el 90% de la cuota de mercado de ordenadores personales. Apple nunca ha conseguido sobreponerse a esta cifra, pero sí ha sabido relativizarla, centrando la presencia de OS X en usuarios particulares y consiguiendo así brillo y notoriedad donde Microsoft tiene grandes números, muchos clientes corporativos y una de las peores reputaciones de todo el sector de la tecnología.
"Microsoft en números puede resultar ganador de la batalla por los ordenadores personales, pero es sin duda una victoria pírrica"
La relación entre ambas empresas ha tenido momentos para todos los gustos, incluyendo el momento en el que Jobs presentó en 1997 un acuerdo con Microsoft que técnicamente salvó a la empresa de la manzana. Aun así, Jobs cuidó mucho la escenografía y presentó a Gates en el transcurso de dicha reunión como el gran hermano del anuncio de 1984, dando a entender que necesitaba su ayuda pero sabía con quién estaba tratando.
Con Apple recuperada tras la vuelta de Jobs, la batalla lentamente se desplazó a otros terrenos donde Apple literalmente hizo trizas a su antagonista. El iPod, iTunes, el iPhone y el iPad han puesto a Apple al frente de la revolución móvil y han dejado a Microsoft convertido en un triste imitador que apenas ahora comienza a reaccionar con sentido. Incluso llegados a este punto, Apple se ha visto a sí misma con músculo suficiente para volver a presentar batalla en el terreno de la informática personal, reduciendo a escombros el concepto de netbook abanderado por Microsoft mediante el ataque conjunto del iPad y del nuevo paradigma de la informática portátil definido por Apple, el ultrabook, que encuentra en el MacBook Air el paradigma que todos y cada uno de los fabricantes de PC se esfuerzan por imitar. Microsoft en números puede resultar ganador de la batalla por los ordenadores personales, pero es sin duda una victoria pírrica.
Hasta la fecha Apple se había enfrentado a un fabricante de hardware como IBM (al igual que Apple también lo es) y a un fabricante de software como Microsoft, que finalmente no pudo con la dualidad de Apple, que fabrica su propio software para su hardware, dándole una ventaja competitiva imparable.
El nuevo rival que vino a continuación fue de una naturaleza distinta: Google, un proveedor de servicios de Internet. Apple en ningún momento se cruzó en el terreno de Google, sin embargo el termitismo que rige los pasos de esta empresa le hizo querer abarcar más, y tomar una posición destacada en la carrera de los dispositivos móviles. Google es básicamente una empresa de publicidad cuyo principal mercado es Internet; si la navegación por Internet en ordenadores ha llegado a un zenit y la navegación desde dispositivos móviles es el nuevo Dorado no resulta extraño el movimiento del mítico buscador.
Tras varias escaramuzas, la batalla en sí comenzó en 2009, cuando Eric Schmidt, entonces CEO de Google, tuvo que abandonar el Consejo de Administración de Apple. La propia comunicación de Apple a este respecto deja muy claro el motivo de toda esta batalla:
Desafortunadamente, con Google entrando más en el centro del negocio de Apple, con Android y ahora Chrome OS, la efectividad de Eric como miembro del Consejo se verá significativamente reducida, ya que deberá excusarse de largas partes de nuestras reuniones, debido a potenciales conflictos de intereses. De esta manera, mutuamente hemos decidido que éste es un buen momento para que Eric renuncie a su posición en el Consejo de Apple.
Y justo en ese momento acabaron las buenas palabras. La ira de Jobs por la burda copia que suponía Android respecto a iOS no conoció parangón, y por ello merece la pena traer aquí sus palabras textuales a Isaacson, el autor de su biografía:
"Voy a destruir a Android, porque es un producto robado. Estoy dispuesto a ir a la guerra termonuclear en esto... hasta mi último aliento si es necesario, y voy a gastar cada centavo de los 40 mil millones de dólares que Apple tiene en el banco para corregir este mal"
La batalla entre iOS y Android se encuentra ahora mismo en una situación que recuerda la batalla entre OS X y Windows; el sistema de Google está mucho más extendido ya que su licencia gratuita y versatilidad permite instalarlo desde en cualquier montón de mísera indigno de ser llamado teléfono hasta en los más refinados terminales de Sony o LG; pero precisamente en ese último tramo, donde está realmente el dinero, es sin duda donde Apple está triunfando, y liderando el mercado de la innovación tanto en software como en hardware. Una nueva victoria pírrica para un rival de Apple. Y esto no acaba aquí.
Cuando Apple luchaba contra IBM ésta dio un paso atrás y dio paso a Microsoft, quien como fabricante del software garante del estándar PC era realmente el enemigo a batir por Apple. Curiosamente ahora se ha producido una situación análoga pero con disímil resultado. Siendo Google realmente el rival de Apple, ésta ha dado un paso atrás y ha presentado a su campeón, Samsung, el fabricante de hardware que mayor provecho está sacando a Android.
La desvergüenza de Samsung no conoce límite. Desde 2008 están copiando literalmente teléfonos, interfaces, cajas, cables, anuncios, tiendas, accesorios... incluso en ocasiones hasta nombres de productos o servicios. Distintos tribunales de justicia de todo el mundo están arrastrando el culo de Samsung por las tablas, lo que no le impide seguir su camino de infamia. Y es una auténtica lástima porque Samsung tiene un pasado e incluso un presente de innovación que no podemos olvidar; actualmente es un líder consolidado en el mercado de la televisiones y ha sido durante muchísimos años uno de los proveedores principales de Apple en lo que respecta a paneles para monitores y otros componentes incluso de los teléfonos, relación esta que amenaza con terminar por la estulticia de la división móvil de la empresa surcoreana. En el propio terreno móvil Samsung incluso ha conseguido crear cosas originales, como sus terminales Galaxy Note que suponen una solución híbrida del agrado de muchos particulares y profesionales. Por ello es más difícil entender el camino de copia vergonzante que siguen hollando en algunos productos y todavía más complicado entender el daño que están haciendo a Android y a sí mismos con las gamas mini, que lejos de alcanzar la calidad de los terminales superiores, suponen un callejón sin salida de usabilidad destinado a lanzar a los incautos clientes a los brazos de otros fabricantes de Android... o de Apple.
"La desvergüenza de Samsung no conoce límite. Desde 2008 están copiando literalmente teléfonos, interfaces, cajas, cables, anuncios, tiendas, accesorios... incluso en ocasiones hasta nombres de productos o servicios"
Por si fuera poco, la villanía de Google de quedarse atrás comiendo palomitas mientras manda a Samsung a partirse la cara con Apple podría salirle cara. En la presentación del Samsung Galaxy S4, uno de los platos fuertes fueron las addendas de software que la empresa realizó sobre el sistema operativo, caracterizando sus terminales de una manera tan radical que les permitió incluso no pronunciar la palabra Android en toda la presentación.
Contra IBM
Contra Microsoft
Contra Google
Contra Samsung
Epílogo
Apple ha presentado un denominador común en su actuación en todas estas batallas: su imperturbabilidad. Nada saca a Apple de sus líneas maestras de actuación, nada modifica sus calendarios, no hay presión del mercado o de los competidores capaz de detener su apisonadora de innovación. Por todo ello, aunque las cuotas de mercado o los números puedan indicar ocasionalmente un ganador distinto, al paso de los años será el nombre de Apple el que se recuerde.
Hemos iniciado el artículo con una cita de Star Wars y la vamos a terminar con otra cita de una galaxia vecina, la de Battlestar Galactica:
"Todo esto ha pasado y volverá a pasar"