análisis os x: writer pro. Continúa el artículo abajo
logotipo writer pro

A VECES, ES NECESARIO DAR UN PASO ATRÁS E INVOLUCIONAR, PARA DESPUÉS DAR UN GRAN SALTO HACIA DELANTE. ES EN ESTE RETROCESO, PARA COGER CARRERILLA, DONDE SOMOS CAPACES DE REPLANTEARNOS POR COMPLETO NUESTRAS IDEAS SOBRE LO QUE ES O LO QUE DEBE DE SER UN PRODUCTO, PARA DESPUÉS RECONSTRUIRLO DESDE CERO Y LOGRAR ALGO TOTALMENTE DISTINTO AL MISMO TIEMPO QUE RESULTA FAMILIAR. ALGO QUE NO TIENE NADA QUE VER CON LO EXISTENTE AL MISMO TIEMPO QUE LO TIENE QUE VER TODO.

Este proceso, es algo que hemos visto en el último año en Apple; primero con el lanzamiento de iOS 7 y después con la renovación total de iWork. Y aunque ambos productos aún no están igual de pulidos que sus versiones anteriores, sí que están un paso más allá solo por ofrecer una interfaz que ayuda a los usuarios a hacer mejor su trabajo.

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CONEXIÓN

Algo parecido sucedió en el mercado de los editores de texto hace unos años, cuando llegó al mercado una nueva generación de aplicaciones que se olvidaba de las abrumadoras opciones de Word o Pages para centrarse en lo esencial: Escribir. Para ello dejaron de lado características tan habituales como la posibilidad de elegir entre múltiples tipografías y tamaños de letra. Pero el minimalismo no solo apareció en el apartado técnico, también en el visual, donde se eliminaron la mayoría de los elementos hasta dejarnos desnudos ante nuestro texto, sin nada que nos distraiga, sin nada que llame nuestra atención, solos ante el parpadeante cursor. Tal era el afán de concentración, que algunas aplicaciones como iA Writer lanzaron una opción llamada “Focus Mode”, que resaltaba únicamente la frase que se estaba escribiendo. Para que te hagas una idea, así es como se presentaba iA Writer hace 3 años, te dejamos

un enlace.

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Con el paso del tiempo, hemos visto como es posible mantener la esencia de simpleza y concentración a la vez que se añadían nuevas características. La idea es simple; una alta concentración en el texto a la hora de escribir eliminando distracciones, pero al mismo tiempo dar más opciones a la hora de editar dicho texto o exportarlo. El mejor ejemplo de esto que digo es Ulysses III, que ha sabido moverse como pez en el agua en este sentido.

 

Con esta misma idea nace Writer Pro, un spin-off de iA Writer orientado a los escritores más exigentes que buscan mezclar capacidad con minimalismo. La aplicación se basa en su mayor parte en iA Writer, aunque desde iA aseguran que ha sido re-escrita desde cero. Aun así, como veremos más adelante, la gran cantidad de similitudes y que compartan algunos bugs nos hacen creer que esto no es del todo cierto. En cuanto al precio, Writer Pro cuesta 17,99€, más del triple de lo que cuesta iA Writer y 8€ más que su competidor más cercano, Byword. En una entrevista Oli Studholme, uno de sus creadores, decía lo siguiente sobre el precio de Writer Pro: "No es posible desarrollar una aplicación profesional con funciones innovadoras a un precio de 0,99€". Veamos si es tan profesional e innovadora como para pagar 18€ por ella.

el diseño, un viejo conocido

Si somos usuarios de iA Writer lo más probable es que no nos llevemos ninguna sorpresa al usar por primera vez Writer Pro. La ventana principal sigue siendo un enorme marco de color blanco en el que desaparecen todos los menús en cuanto empezamos a escribir, dejándonos solos ante nuestros caracteres. Un cambio apreciable lo encontramos en el tono de blanco, que ha pasado de tener un tono frío y grisáceo a tener un tono más cálido y tirando a sepia. Aun así, puede que esto no se note mucho en equipos con pantalla no retina.

 

Tonos de blanco aparte, el cambio más apreciable lo encontramos en el lateral de la aplicación. A la arcaica interfaz de Writer se le ha añadido un menú lateral que se encarga de manejar las pocas opciones del programa: situación en el flujo de trabajo, estructura, Syntax Control, Focus Mode y unas estadísticas del documento. La sensación que genera es de ser más un pegote que algo que se ha integrado de forma perfecta en la interfaz. Por suerte, si dominamos los atajos de teclado, podemos ocultar esta barra lateral para volver a la simpleza del Writer original.

 

Con tan pocos elementos en la interfaz, el texto y su tipografía cobran un gran protagonismo. La aplicación cuenta con texto responsive, el cual se adapta su tamaño según las dimensiones que tenga la ventana de la app. Esto que parece buena idea sobre el papel, en la práctica demuestra que es una idea terrible. Por ejemplo, si usamos la aplicación a pantalla completa, algo recomendable para tener una experiencia de escritura sin distracciones, acabamos con un tamaño de letra totalmente desmesurado que no es nada práctico, sobre todo si contamos con un monitor de más de 15". Quizás la idea mejoraría si pudiésemos establecer unos límites entre los cuales la app ajuste el tamaño del texto.

En cuanto a las tipografías, la aplicación cuenta con 3 distintas: Bold Monday para los documentos que se encuentren en la fase de notas; Nitti, que era la tipografía de iA Writer, para la fase de escritura; y Tiempos para los documentos que se encuentran en la fase de edición y lectura. Sí, has leído bien, fases. Y es que Writer Pro incluye un novedoso flujo de trabajo con el cual, según sus creadores, se consigue mejorar el proceso de escritura. Este flujo de trabajo se divide en 4 fases (desliza el dedo por las flechas):

Lo que sobre el papel parecía algo maravilloso, no ha resultado ser más que un simple artificio en el que se cambia de tipografía y de color el cursor. Nada significativo que nos haga mover un documento de fase. Y puesto que da igual donde situemos el texto, lo más seguro es que acabemos por situarlos todos en la fase con la tipografía que más nos guste.

 

Después de probar en muchos de mis artículos este "flujo de trabajo de la salvación" la verdad es que no he llegado a encontrarle ningún sentido ni me ha aportado nada. El hecho de que las notas no se guarden aparte, sino que sea el texto que más adelante vamos evolucionando, hace que ya no podamos utilizar esta app para mantener notas y texto unidos. Si a esto le sumamos que la única diferencia entre que un documento se encuentre en la fase de escritura y edición es sólo estética y no funcional, la decepción que esta característica revolucionaria genera es notable.

 

Y es que la concepción de flujo de trabajo que iA vende es radicalmente distinta a la que yo tengo. Mientras que para ellos es un simple cambio de tipografía, color del cursor o bloquear el texto, para mí significa tener una nota que puedo consultar siempre sin importar el estado de mi documento; significa tener una interfaz con las herramientas adecuadas para el proceso de escritura y otra con las adecuadas para la edición del texto. El cambio de una fase a otra en el proceso no es sólo estético, tienen que cambiar con él las herramientas y eso es algo que Writer Pro no hace bajo ningún concepto. De ahí que todo eso que cuentan en su web parezca marketing barato.

flujo de trabajo de writer pro

(imagen: flujo de trabajo Writer Pro)

una nueva forma de mirar a nuestras palabras

Flujos de trabajo aparte, la otra gran característica que nos hace plantearnos el cambio desde iA Writer o cualquier otra app a Writer Pro es el polémico Syntax Control. Esta funcionalidad, que podríamos considerar una evolución del Focus Mode que integraba en su día iA Writer, nos permite filtrar todas las palabras de nuestro texto según su naturaleza. Es decir, podemos elegir entre mostrar solo los verbos, solo los adjetivos o solo los artículos. De esta forma, podemos ver de una tirada todos los adjetivos de nuestro texto y cambiar los que sean débiles por otros más adecuados.

 

La polémica saltó cuando los creadores de la aplicación dijeron que Syntax Control era algo único e innovador que nunca antes se había implementado y por lo tanto tenían la intención de patentarlo, cuando la realidad era totalmente distinta. Al final se descubrió que esa característica en la que habían "invertido 3 años de trabajo" era una funcionalidad que se ofrece en OS X de forma nativa y que había sido mostrada por Apple en la WWDC de 2011, por no hablar de que otras aplicaciones, como Phraseology, la habían implementando antes. Al final todo se zanjó con una retractación por parte de iA y la retirada de su petición de patente.

 

Polémicas aparte, esta nueva característica es bastante innovadora y nos ayuda a escudriñar a fondo cada elemento de nuestro texto, sin embargo no es algo que ayude realmente en el proceso de edición: Ni resalta las palabras que repetimos constantemente (como si hace Marked 2), ni nos da alternativas a las palabras que queremos cambiar (como si hace WriteRight).

 

En cuanto al Focus Mode, me he encontrado un detalle bastante curioso. Si bien, según iA, Writer Pro es una aplicación re-escrita desde cero y sin utilizar nada de iA Writer, ambas cuentan con el mismo bug. Un bug que causa problemas cuando utilizamos Focus Mode en textos de gran envergadura (hay texto que no pasa a segundo plano como debería). Vaya casualidad, que dos aplicaciones las cuales no comparten nada de código tengan el mismo fallo.

Desliza el dedo por la imagen

asuntos pendientes

Vista la coletilla Pro que se incluye en el nombre, también hay un par de características que se echan en falta; como la capacidad de generar las etiquetas Markdown de forma automática (cuando queremos añadir un enlace por ejemplo), o unas opciones más amplias a la hora de exportar nuestros textos.

 

En general la sensación que tengo después de probar durante unas cuantas semanas Writer Pro es la de que no mejora de forma sustancial a iA Writer. Simplemente se queda en añadir un flujo de trabajo que consiste en cambiar la tipografía y un Syntax Control que por muy innovador que dice ser, no termina de ayudar en el proceso de edición como debería. Esto, junto con la forma en la que se han implementado estos cambios, nos da la sensación de que Writer Pro no ha sido tanto un proyecto de más de un año de trabajo. Más bien parece un proyecto de un fin de semana en el que se han añadido 4 pegotes a un programa cuya esencia residía en la simpleza.

 

Aunque lo que le ha hecho realmente daño a la aplicación ha sido la forma en la que iA la ha vendido y promocionado. Han intentando hacer creer a sus compradores que era algo totalmente nuevo y distinto a lo existente, cuando en realidad era el mismo iA Writer de siempre con un par de añadidos. Unos añadidos que no han llegado a aportar nada significativo y que no se encuentran bien integrados dentro del simple diseño de la aplicación.

 

Antes de gastar 18€ en Writer Pro para Mac recomendaría gastarlos en una combinación de iA Writer (4,49€) y de Marked 2 (9,11€), puesto que así obtendremos un editor minimalista y un gran programa que nos ayude a revisar nuestros escritos.