Hemos probado: Lacie Fuel. Continúa abajo el análisis
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Como muchos habrán intuido por mi nick de Twitter (@Picturetakerman), aparte de un gran aficionado a la tecnología lo soy de la fotografía. A los 14 años me colgué una cámara al cuello y desde entonces no he parado de sacar fotos, primero con una arcaica Nikon D40 y después con una D90, la cual tiene 6 años y todavía se porta como el primer día. Si bien la D90 saca unas fotos increíbles, desde la llegada de las cámaras Micro 4/3 he buscado una sustituta que en un tamaño más compacto y manejable me permita obtener la misma calidad de imagen. Si eres un seguidor asiduo de la revista te habrás dado cuenta de que en los últimos números hemos probado bastantes cámaras de fotos Micro 4/3, y al probar todas y cada una siempre me he hecho la misma pregunta: ¿Puede sustituir esta cámara a mi vieja D90?

 

Como puedes suponer, mi corazón rebuscaba entre los pros para poder justificar un , pero en todas y cada una la respuesta siempre era No. Aunque lo gracioso es que no ha sido hasta que no he probado otra Réflex, la sucesora de la sucesora de la sucesora de mi D90, que no me he dado cuenta de que le estaba formulando esa pregunta a la gama de producto equivocada. Yo no necesito una cámara compacta o una Bridge, ni siquiera una Micro 4/3, lo que a mí me hace falta es una Réflex. Y es que por mucho que se acerquen las Micro 4/3 a las Réflex tradicionales en características o precio, jamás podrán igualar la calidad de imagen que obtenemos en estas últimas. Pero ahora viene la pregunta, ¿puede la D7100 ofrecerme una mejora sustancial como para sustituir mi vieja D90? Veamos cuál es la respuesta.

 

Empezando por el diseño, cabe mencionar que la cámara en sí no se diferencia mucho de lo que uno puede esperar de una Réflex de gama casi profesional. Con un cuerpo robusto y rígido, que tiene aspecto de aguantar toda la guerra que le queramos dar, la D7100 entra dentro de todos los tópicos: color negro, grande… Aunque eso no le impide dar una sensación de ligereza cuando la comparamos con otros modelos de la compañía. Personalmente el detalle que más me ha gustado es el bloqueo con el que cuenta en el dial de Modo de disparo, puesto que así nos evitamos pasar por accidente del modo Programa al modo Manual.

 

Diseño aparte, la cámara cuenta con un sensor CMOS de 24mp con un tamaño APS-C, mucho más grande que el que nos encontramos en cámaras Micro 4/3 (con la calidad extra que eso supone), el cual nos permite capturar imágenes nítidas y con un color muy agradable. Además, gracias a su factor de recorte de 1,5 y con el objetivo adecuado nos será muy fácil sacar fotos con una profundidad de campo muy reducida, de manera que los amantes del Bokeh pueden estar contentos. Con la posibilidad de reducir casi al mínimo la profundidad de campo, el enfoque automático cobra una especial relevancia, sobre todo en situaciones en las que no nos podemos parar a enfocar con precisión.

 

Con 51 puntos de enfoque y 15 de ellos en cruz, el enfoque automático de la Nikon D7100 no tiene nada que envidiar a las Micro 4/3 (famosas por su velocidad en el enfoque). En mis pruebas la cámara ha sido lo suficientemente inteligente como para detectar a la primera cuál era el objeto principal para después dejarlo perfectamente dentro de foco. Por desgracia todo cambia cuando hablamos de vídeo, el enfoque se vuelve algo impreciso (sobretodo a distancias cercanas) y el ruido es lo suficientemente notable como para que se cuele en cualquier micrófono que montemos sobre la cámara.

 

A la hora de sacar fotos podemos elegir entre el tradicional visor directo, que cubre el 100% de la imagen, o podemos optar por el modo Live View, que nos permite sacar imágenes desde la pantalla de la cámara. A diferencia de los primeros modelos en incorporar esta segunda opción, el modo Live View de la D7100 cuenta con dos modos: uno para foto y otro para vídeo, estando cada uno perfectamente optimizado (en aspecto y funcionamiento) para la función que le toca. Si bien el modo foto suele ser habitual, el hecho de que Nikon haya decidido incluir un modo vídeo es de agradecer, sobretodo teniendo en cuenta el aumento de profesionales y aficionados que ruedan con réflex.

 

Si la Nikon D90 fue la pionera en este sentido, la D7100 es la culminación de este viaje. Si bien aun está un paso por detrás de lo que nos puede llegar a ofrecer Canon en vídeo, la cámara cuenta con todo lo necesario en software y hardware para utilizarla en los rodajes más exigentes: entrada y salida de audio, HDMI, compresión avanzada en H264… Aunque quizás se eche en falta una pantalla abatible como la de la Canon 70D o una escena independiente como Magic Lantern.

 

En cuanto a las fotos, no puedo poner ninguna pega. Pese a no ser una cámara FullFrame o puramente profesional, sí que cuenta con todo lo necesario para satisfacer al 90% de los fotógrafos, incluso a los más exigentes. Las fotografías cuentan con una gran nitidez y definición y la gama cromática que obtiene es muy agradable. Si lo nuestro es el RAW, podemos ir preparando un buen puñado de tarjetas (de clase 10 si queremos disparar en ráfaga), puesto que cada imagen ocupa la friolera de 30mbs, lo que hace que en una SD de 8gbs “sólo” entren 150 fotografías. Por suerte Nikon ha decidido incluir un doble lector de tarjetas que da mucho juego. Gracias a las distintas configuraciones, podemos utilizar cada una de las dos tarjetas SD de manera muy distinta:

 

-Llenar una tarjeta de material y después comenzar con la segunda.

-Utilizar la primera para guardar fotos en RAW y la segunda para las fotos JPEG.

-Utilizar la segunda tarjeta como una copia de seguridad de la primera.

 

El último apartado que me ha llamado la atención es el de la batería. A diferencia de las Micro 4/3, la duración de batería de la D7100 es casi infinita, todo gracias al ahorro de batería que supone no tener el sensor captando información de forma constante para poder mostrar imágenes en la pantalla. Este hecho hace que la batería deje de medir su duración en horas para medirse en disparos. El resultado es simple: podríamos llenar varias tarjetas antes que tener que recurrir al cargador.

 

En general, la Nikon D7100, me ha dejado muy buenas sensaciones al demostrarme por primera vez cómo le empiezan a pesar los años a mi vieja D90. Ahora mismo puede que cambiar de cámara no sea mi primera prioridad, pero de hacerlo sin duda me quedaría con la propuesta que ha hecho Nikon para la gama semi-profesional.

por Asier García. Vídeo realizado por Rubén Fontela

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