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he Stanley Parable es uno de los videojuegos más desconcertantes a los que he podido jugar en mucho tiempo. No es el más interactivo del mundo pues se trata de un juego en primera persona muy básico, su encanto reside en la originalidad. Accesible para cualquier tipo de jugador, The Stanley Parable pone sobre el tapete una narrativa inteligente y provocativa, que se ríe de los tópicos en los videojuegos y de sí mismo.

 

No sé si has oído en alguna ocasión hablar del término "romper la cuarta pared". Tiene su origen en el teatro y la cuarta pared viene a ser la barrera imaginaria que separa actor y público. También se puede trasladar al cine o la televisión y allí el espectador se encuentra detrás del objetivo de la cámara. Se rompe la cuarta pared en el momento en que el actor entra en contacto directo con la audiencia, cuando mira a cámara y se dirige al público conscientemente. En videojuegos también se da en contadas ocasiones, instantes donde el propio juego es consciente de serlo, mítica es la escena de Psycho Mantis en Metal Gear Solid que ya forma parte de la memoria de todos nosotros. Stanley Parable rompe la cuarta pared con una maza gigante, mientras ves en cámara lenta como cada uno de sus diminutos pedazos te saltan a la cara sin que puedas mover un músculo para esquivarlos.

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En el juego manejamos a Stanley, empleado 427 de una gran compañía, cuya única tarea es la de sentarse todos los días delante de un ordenador y pulsar las teclas que le dice el monitor, en el orden y tiempo indicado. Un trabajo que para cualquiera sería monótono e insoportable pero que a Stanley no solo no se lo parece, sino que le encanta. Es feliz y siente que ese trabajo está hecho para él. Un día algo sucede y cae en la cuenta de que lleva una hora sin recibir ninguna orden de su ordenador, nadie le llama a una reunión, la confortable rutina se ha roto en pedazos y Stanley ahora debe decidir por sí mismo, ¿estará preparado? Aquí entra en juego el narrador, auténtico protagonista del juego y el cual nos guiará por la aventura. Podemos obedecerle o tomar nuestras propias decisiones y éste cambiará su discurso sobre la marcha. Lo ideal es pasárselo la primera vez obedeciendo todas y cada una de sus órdenes y en posteriores ocasiones, ir desobedeciendo para ver todas las variantes. El juego es muy corto pero con la rejugabilidad que tiene nos enganchará por querer ver todos los finales posibles. Podría contarte más, situaciones sorprendentes que ocurren, pero no lo voy a hacer porque sería romper con la magia del juego.

 

The Stanley Parable es un juego muy peculiar que no gustará a todo el mundo por la sencillez de su planteamiento, pero si te apetece probar algo nuevo y original, dale una oportunidad, es de esos que hay que jugar sí o sí.

 

El juego está disponible en Steam para PC-Mac con voces en inglés y subtitulado a los principales idiomas. Para Windows hay una demo, que como curiosidad, es una aventura distinta al juego completo.

 

Como reza en las pantallas de carga "el final nunca es el final".