Hemos probado: My Cloud. Continúa abajo el análisis
my cloud, de wd
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Aunque entra perfectamente dentro de la definición de NAS (Network Attached Storage), el Western Digital MyCloud no se parece mucho al concepto de NAS que tenemos hoy en día. Si bien se trata de un disco duro en red que se conecta a nuestro router y nos permite acceder a su contenido desde cualquiera de los ordenadores con los que comparta WiFi, no puede realizar todas las tareas extra (descarga por Torrent, servidor web…) que sí pueden realizar los NAS de Synology. En este sentido el NAS de WD funciona más bien como un disco duro al que nos conectamos por red en vez de por USB.

 

El disco duro en sí mantiene el diseño del resto de la gama de consumo de WD aunque se le ha aplicado por encima una capa de pintura blanca. En su día hubiera sido un complemento perfecto para los iMacs y MacBooks blancos que tenía Apple en el mercado, aunque no combina del todo mal con el diseño actual del Airport y el Time Capsule. Teniendo en cuenta que es un dispositivo destinado a vivir junto al router, quizás WD debería haber apostado por un diseño horizontal por ejemplo aunque tampoco es algo que importe en exceso, puesto que una vez que lo enchufas te olvidas de él y lo más probable es que no lo vuelvas a ver en un tiempo.

 

La conexión al router se realiza mediante Ethernet, algo habitual en los NAS y que sirve para que la velocidad de transferencia sea mayor. Personalmente recomiendo recurrir a cables Ethernet CAT6 si queremos lograr una buena velocidad de transferencia, de lo contrario podremos esperar sentados para pasar archivos de gran tamaño. El disco duro está disponible en capacidades de 2, 3 y 4 TBs, aunque si queremos ampliar su espacio podemos conectarle un disco duro a través de su puerto USB 3.0 y lograr así más almacenamiento en red.

 

Una vez enchufado el proceso de configuración es más complejo de lo que debería. En vez del clásico “enchufar y a jugar” al que nos tienen acostumbrados los HD tradicionales, el MyCloud requiere que pasemos por el panel de ajustes para ponerlo a funcionar. El panel es algo confuso, y hasta que nos damos cuenta de lo que tenemos que hacer y cómo hacerlo puede pasar un buen rato. Tal es el desconcierto que acabamos teniendo que recurrir a unos manuales de instrucciones que dejan mucho que desear y que estaban ausentes en la unidad que nos cedió WD.

 

Una vez damos con la tecla y ponemos todo a funcionar, debemos dirigirnos a las unidades en red y conectarnos al disco duro con nuestro usuario y contraseña, puesto que este dispositivo no se monta como un disco duro tradicional por USB/FireWire/Thunderbolt. Y allí ya podremos comenzar a mover nuestros archivos.

 

El hecho de ser una unidad en red y contar con usuarios para acceder hacen que el funcionamiento de este HDD sea un poco distinto a lo que estamos acostumbrados en otro tipo de almacenamiento. Para poder trabajar con él debemos crear una serie de carpetas donde cada usuario pueda guardar información, puesto que fuera de ellas nos va a ser imposible dejar nada. Cada carpeta cuenta con una serie de permisos según el usuario, lo que nos permite que ciertas personas de nuestra casa no puedan acceder a determinada información, o que aún pudiendo acceder no puedan realizar ningún cambio. Esto puede servirnos, por ejemplo, para que nuestros hijos accedan únicamente a la carpeta de películas infantiles o que aunque puedan ver las fotos nos las puedan modificar o borrar del disco duro.

 

El hecho de funcionar a través de red hacen que el WD MyCloud tenga una serie de ventajas y desventajas respecto a un disco duro tradicional, lo cual da una clara idea del uso al que está destinado. Aquellos que busquen rendimiento y altas prestaciones se están equivocando de HDD, puesto que la conexión en red hace que las tasas de transferencia no sean lo suficientemente altas como para trabajar con aplicaciones exigentes y archivos grandes a través de él. Sin embargo, las tasas de transferencia sí que son lo suficientemente altas como para ver una película HD en MKV sin problema alguno. Dicho esto, queda claro que este producto está claramente dirigido a aquellos usuarios que quieran realizar una copia de seguridad de sus archivos (gracias a la compatibilidad con Time Machine) o aquellos que quieran compartir material multimedia (películas, series, fotos) con el resto de ordenadores que hay en su casa, un uso para el que resultan muy útiles los permisos de acceso según el usuario que he mencionado antes.

 

Pese a estar pensado para ser usado a modo de archivador o centro del contenido multimedia, la transferencia de archivos de gran tamaño deja algo que desear. No me malentiendas, acceder a estos archivos desde el disco duro es cómodo y rápido, pero trasladar esos archivos al disco puede ser eterno. Para muestra un botón; una copia de seguridad de mi Mac mini llevó más de 8 horas y eso que solo tuvo que transferir unos 130 GB. Algo que puede hacernos la puñeta si nuestro ordenador es un portátil y no nos gusta dejarlo encendido durante horas.

 

Una de las supuestas ventajas del WD MyCloud es la posibilidad que nos brinda para acceder a nuestros archivos incluso cuando estamos fuera de casa, todo gracias a sus aplicaciones para OS X e iOS. Sin embargo, esta función tan común en muchos NAS no va a sustituir el uso que le damos a Dropbox u otros servicios en la nube. En esta ocasión la limitación no viene impuesta por el producto, si no que la impone nuestra conexión a internet. Teniendo en cuenta que los contenidos se alojan en nuestra casa, la velocidad máxima de acceso que tendremos desde fuera estará limitada por la velocidad máxima de subida que tengamos contratada. Una velocidad que no se acerca a la que obtendremos de Dropbox y similares ni teniendo contratados 120 MB por fibra óptica.

 

“Sí pero no”

Así podríamos calificar esta incursión de WD en el mundo de los NAS. Por un lado el dispositivo cumple a la perfección con lo que se supone que es un Network Attached Storage, pros y contras incluidos, sin embargo el hecho de carecer de las aplicaciones con las que cuentan hoy en día NAS como los de Synology le dejan en el limbo que existe entre los discos duros tradicionales y los NAS modernos.

 

El MyCloud es una buen producto, no cabe duda, pero vive en un sí pero no continuo. Sí añade la complejidad de un NAS, pero no nos ofrece todos sus beneficios. Personalmente solo se lo recomendaría a aquellos usuarios que no busquen un alto rendimiento pero sí quieran crear un “sistema central de archivos” donde toda su familia guarde su información pero no quieran pagar lo que cuesta un NAS.

por Asier García. Vídeo realizado por Rubén Fontela

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