E
l ser humano ha sentido siempre una curiosidad innata por imaginar cómo será el futuro, algo que la literatura y el cine han tratado siempre de mostrarnos. Pero, si hay un aspecto en el que se ha hecho mucho hincapié es en el hogar del futuro, en cómo serán nuestras casas dentro de unos años, cuando la tecnología haya invadido cada aspecto de nuestras vidas, algo que muchos autores y directores se han esforzado en mostrar aportando su punto de vista mientras dejaban volar su imaginación. Una de las muestras más recientes de ello es Her, una película que nos muestra una impresionante visión de cómo la tecnología influirá en la sociedad en un futuro próximo, cambiando por completo el modo en el que interactuamos con nuestros dispositivos. En este número de septiembre, en MacToday nos hemos querido preguntar si ya hemos llegado al hogar del futuro o, por el contrario, aún no.
¿Hemos llegado ya al hogar del futuro?
¿Alguien se acuerda de esa enciclopedia en la estantería del salón o de aquellas enormes televisiones de tubo que todos teníamos en casa? Ya podemos bajar o subir las persianas con el móvil y activar a distancia cámaras de vigilancia

A lo largo de los últimos años, hemos presenciado una serie de importantes acontecimientos tecnológicos que han cambiado nuestros hogares, entre los que podríamos destacar la llegada de los ordenadores personales, la popularización de Internet y la aparición de dispositivos electrónicos como los smartphones. Hemos vivido también el reciente nacimiento de nuevos mercados como el de las tablets y los dispositivos wearables, además de la mejora de otros productos ya existentes como las televisiones. Todo ello ha cambiado por completo el modo en el que vivimos, desde la forma en la que consultamos información hasta cómo disfrutamos de una tarde de descanso en el sofá. Y es que, ¿alguien se acuerda de esa enciclopedia en la estantería del salón o de aquellas enormes televisiones de tubo que todos teníamos en casa? No cabe la menor duda de que estamos viviendo una completa revolución tecnológica y, para ello, únicamente hay que echar la vista atrás. Hoy en día, prácticamente cada producto que utilizamos ha experimentado enormes cambios y mejoras; de hecho, algunos han experimentado transformaciones completas. Si nos centramos, por ejemplo, en el mundo de las televisiones, en menos de dos décadas hemos pasado de tener enormes televisiones de tubo a finísimas pantallas con una calidad de imagen alucinante capaces de ofrecer resoluciones 4K.

 

Uno de los aspectos con el que todos hemos fantaseado alguna vez al tratar el tema del hogar del futuro es el de controlar todos y cada uno de los productos e instalaciones de nuestras casas de forma remota, sin necesidad de tener que levantarnos. La domótica, nombre que recibe esta automatización de las funciones del hogar, ha sufrido una serie de importantes mejoras gracias a la expansión de Internet, las tecnologías inalámbricas y dispositivos como los smartphones. Hoy en día, podemos automatizar una gran cantidad de tareas distintas: desde bajar o subir las persianas con el móvil y activar a distancia cámaras de vigilancia, hasta utilizar termostatos inteligentes con los que conseguir ahorrar en las facturas de la luz. No cabe duda de que las posibilidades de la domótica son enormes, y lo mejor de todo es que a pesar de que hasta hace poco todo esto nos habría parecido inimaginable, ya existe. El único problema es que a pesar de la evolución de la tecnología, todavía no hemos llegado a un punto en el que podamos decir que ésta haya transformado del modo más absoluto nuestros hogares y la forma en la que interactuamos con los productos e instalaciones dentro de los mismos. ¿El motivo? En nuestra opinión es claro: la ausencia de un estándar adecuado que controle la domótica.

Aún no se ha conseguido un ecosistema perfecto
Si hay algo que está frenando la evolución de la domótica y, por ende, retrasando el hogar del futuro, es la ausencia de un ecosistema global

Es cierto que existe una enorme variedad de productos que podrían ser considerados como futuristas. Podemos adquirir bombillas cuya tonalidad y color pueden ser regulados desde nuestros smartphones, controlar la temperatura del aire acondicionado desde la calle y un sinfín de cosas más. El problema es que es necesario hacer uso de una aplicación distinta para cada tarea, motivo por el cual lo que tendría que hacerse de un modo rápido y prácticamente imperceptible para el usuario, acaba por convertirse en un proceso lento y tedioso al tener que utilizar distintas aplicaciones cada vez. Por este motivo, si hay algo que está frenando la evolución de la domótica y, por ende, retrasando el hogar del futuro, es la ausencia de un ecosistema global que aúne el control de todos los dispositivos y productos del hogar en nuestros smartphones. De conseguirse este objetivo, la domótica podría dar el salto que muchos hemos estado esperando. Las grandes empresas tecnológicas se están dando cuenta de ello, motivo por el cual algunas han comenzado ya a trabajar para ofrecernos una solución. De hecho, durante la keynote de la última WWDC, Apple nos arrojaba algo de luz en este tema con la presentación de HomeKit, la solución con la que la compañía de la manzana pretende estandarizar la domótica, de la que te hablamos con todo lujo de detalles en este mismo número de la revista. Si existe una ventaja con la que cuenta Apple en este campo frente a otras empresas, es el enorme porcentaje de usuarios que poseen algún dispositivo iOS, algo que ayudaría a que fuesen los chicos de Cupertino quienes estandarizasen el mundo de la domótica.

Tras el establecimiento de un estándar, todo será mucho más sencillo.

Gracias a la estandarización de la domótica, podríamos comenzar a disfrutar de las amplísimas posibilidades de la misma y trasladarnos de inmediato al hogar del futuro. Imagina poder controlar todos los productos de tu casa, como la televisión, el aire acondicionado, tu equipo de música, las lámparas de las distintas habitaciones... desde tu iPhone o iPad. Aun así, para poder afirmar con toda seguridad que estamos viviendo en el hogar del futuro, no deberíamos conformarnos con únicamente poder controlar todos los elementos del hogar a través de la pantalla de un dispositivo como nuestro teléfono o nuestra tablet. Es aquí donde entraría en juego Siri, el asistente personal de Apple, y es que, para poder considerar una casa como el hogar del futuro, deberíamos ser capaces de controlar todos los elementos del hogar de la forma más simple para el ser humano: hablando. Imagina estar de camino a casa tras salir del trabajo y poder pedirle a Siri que vaya descargando la película que vas a ver esa noche para que, en cuanto llegues a casa, esté lista en tu Apple TV, a la vez que la estancia está ya a la temperatura adecuada y todo está listo para relajarse sin tener que preocuparse por nada más. Teniendo en cuenta la velocidad a la que avanza el mundo de la tecnología, no sería de extrañar que en mucho menos tiempo del que nos imaginamos estemos disfrutando de todo este mundo de posibilidades que nos puede ofrecer la domótica.

 

Cada vez está más claro que la época que estamos viviendo será recordada en un futuro como una de las etapas de mayores saltos tecnológicos para la humanidad, gracias a los cuales será posible cambiar por completo el modo en el que vivimos. Por ahora, solo nos queda disfrutar del camino hasta llegar al ansiado hogar del futuro.