Al hablar de gafas de realidad virtual, uno de los principales dispositivos que se menciona son las Oculus Rift. No es para menos, y es que desde sus inicios, estas gafas de realidad virtual se han convertido en las encargadas de marcar el camino a seguir en el mundo de la realidad virtual. La historia de las Oculus Rift es, cuando menos, sorprendente. A pesar de que muchos lo desconocen, los responsables del proyecto no contaban con los fondos necesarios para dar vida a este dispositivo, motivo por el cual se vieron obligados a poner en marcha una campaña de crowfunding o financiación colectiva en Kickstarter, la web en la que han surgido dispositivos de la talla de Pebble. El interés generado por la campaña fue tal que el día de finalización de la misma se habían conseguido recaudar 2.437.429 dólares, del objetivo inicial de 250.000 dólares, una cifra que ya vaticinaba el profundo interés que despertaría esta tecnología. Como ya hemos dicho, el objetivo principal de las Oculus Rift es revolucionar el modo en el que disfrutamos de los videojuegos, creando para ello una experiencia que nos permita sumergirnos por completo en el mundo virtual. A pesar de que pueda parecer algo de ciencia ficción, se trata ya de una realidad.

Las Oculus Rift son un artefacto que se coloca en la cabeza del usuario, justo encima de los ojos. En el interior de las mismas encontramos dos pequeñas lentes que proporcionan un ángulo de visión de 110º en diagonal y 90º en horizontal, lo que significa que una vez puestas no verás una pantalla frente a ti, sino que la sensación será igual a estar “dentro” del juego. La razón es que el sistema responde a todos tus movimientos, por lo que por ejemplo, al mirar hacia arriba podrás ver la parte superior del mundo virtual en el que te encuentres, y el escenario presente ante tus ojos continuará cambiando dependiendo del lugar donde mires. Todo ello, por supuesto, sin ningún tipo de control especial: únicamente moviendo la cabeza. A pesar de que por el momento no existe una versión comercial de este producto, sí que es posible adquirir la versión para desarrolladores. Gracias al kit de desarrollo de Oculus Rift, es posible comenzar a probar las posibilidades que ofrece la realidad virtual en el mundo de los videojuegos. Debido a la sensación que transmiten estas gafas, se han creado juegos tan reales que los jugadores han llegado a sentir miedo e incluso vértigo a pesar de estar cómodamente sentados en el salón de sus casas. Uno de los ejemplos que más llama la atención es la demostración de una montaña rusa, en la que el usuario que tiene puestas las Oculus Rift puede sentir como si fueran reales los cambios bruscos de velocidad, los giros y el vértigo a medida que el vagón de la montaña rusa avanza por los raíles.

El interés despertado por las posibilidades de las Oculus Rift es tal que incluso en Facebook se mostraron interesados por esta tecnología. De hecho, en marzo de este mismo año anunciaron la compra de la empresa responsable del desarrollo de las gafas de realidad virtual, un trato que se cerró por 2.000 millones de dólares, convirtiendo a la red social más popular del mundo en dueña de esta gafas de realidad virtual. A pesar de que la realidad virtual tiene poco o más bien nada que ver con las redes sociales, el propio Mark Zuckerberg afirmó estar muy interesado en lo que las Oculus Rift podrían permitir a largo plazo, motivo por el cual decidieron adquirir Oculus VR. En el anuncio de la adquisición de la empresa comentó que, a pesar de estar muy centradas en el mundo del entretenimiento, se trata de solo el principio. En Facebook ven en las Oculus Rift una poderosa plataforma de comunicación que, en un futuro, podría permitir a cualquier persona compartir infinidad de momentos con amigos y familiares, a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia. No solo servirían para el ocio, sino que podrían mejorar en gran medida las videollamadas por Internet, permitiendo a sus usuarios asistir a una clase desde cualquier lugar del mundo o acudir a una cita médica sin salir de casa.

Por supuesto, las posibilidades de las Oculus Rift no solo han sido vistas por Facebook. Otros fabricantes han sabido comprender las puertas que podría abrir esta tecnología, motivo por el cual muchas empresas han comenzado a trabajar en sus propios dispositivos de realidad virtual o a colaborar con Oculus VR en el desarrollo de dispositivos que empleen esta tecnología.

A pesar de que las Oculus Rift están, como ya hemos dicho, claramente enfocadas en el mundo del entretenimiento y, más concretamente, en el sector de los videojuegos, en un futuro podrían tener un gran número de aplicaciones en distintos campos. Aunque estás gafas de realidad virtual están todavía en fase de desarrollo, ya es posible vislumbrar el mundo de posibilidades que estos dispositivos podrían abrir ante nuestros ojos. Por ejemplo, uno de los campos donde la realidad virtual podría ser realmente útil es en el sector de la enseñanza y educación. De hecho, recientemente se experimentó con su uso en el mundo de la medicina con la idea de que un grupo de estudiantes de medicina pudiesen conocer de primera mano cómo se llevaba a cabo una operación. Para ello, un cirujano de un hospital de París se colocó dos cámaras GoPro en la cabeza para mostrar la operación desde su propio ángulo de visión y, gracias a las Oculus Rift, los estudiantes pudieron asistir de forma virtual a la misma. Si echamos a volar la imaginación, las posibilidades de esta tecnología son infinitas, y una vez estén disponibles para el público en general, la realidad virtual podría comenzar a utilizarse en numerosas situaciones: desde su uso en museos hasta en el mundo del cine (poder ver una película tal y como si estuviésemos en la escena debe de ser alucinante) e incluso a modo de simulador, de forma que todos aquellos que estén, por ejemplo, aprendiendo a conducir o a pilotar un avión puedan enfrentarse al reto mediante las Oculus Rift antes de ponerse a las manos de un

vehículo real.