Pese a encontrarnos en ese aparente techo tecnológico, en el que la batalla por conseguir dar el golpe con algún producto es cada vez más ardua, queda aún mucho camino que recorrer y muchas fantasías que hacer realidad, la prueba han sido algunos de los logros tecnológicos (más o menos tímidos) de este año 2014. Ahora que estamos llegando a su fin, nos apetece sentarnos a divagar en qué productos puede traernos el próximo año 2015, ¿te apuntas?
Recreando películas
sistemas operativos interactivos para el hogar, entrar en casa y saludar al asistente de voz...

Cuando la tecnología está en su máximo esplendor y con tanto sueño por realizar, ¿por qué no hacerlo? Este parece ser el lema de muchas propuestas que salen, en su mayoría, de plataformas como Kickstarter. En 2014 hemos visto el auge de la domótica, los drones, sartenes inteligentes, chips instalados en insectos e incluso una aproximación al monopatín volador de Marty McFly, aunque casos como éste son sueños nada baratos. ¿Qué sueños geek nos traerá el

próximo año?

 

Por lo pronto, posiblemente, los hogares inteligentes lo sean mucho más, cuando ya desde el móvil podemos controlar iluminación, temperatura y seguridad. Los grandes, como Google, claramente invierten en esto, quizás nos acerquen a vivir una experiencia similar al entrañable Theodore en Her, de hecho los de Motorola ya han hecho su particular guiño con el Moto Hint… Sistemas operativos interactivos para el hogar, entrar a casa y saludar al asistente de voz además de a la familia, ¿otra película hecha realidad?

La montaña rusa de los smartphones
El 2015 es una excelente oportunidad para ver si apple presenta los modelos "s" con ese plus de ram

Este año se han lanzado grandes productos, pero en parte, en la práctica, ha sido un año de intentos con más o menos éxito sin acabar de conseguir las iteraciones casi perfectas de unos predecesores que dejaron el listón alto.

 

El próximo año veremos, como es tradición, las apuestas a tope de gama de cada fabricante, las cuales captan la atención de quienes pedimos el máximo rendimiento con el máximo sentido común a la hora de construir (o quienes llevamos con felicidad la insatisfacción permanente en nuestro genoma). A las puertas del nuevo año tenemos la aparente consolidación de los phablets, los cuales, en marcados casos, olvidaron lidiar la batalla de la batería, y una clara apuesta de bastantes terminales por potenciar el recurso del selfie. Así, en 2015 queda una excelente oportunidad para:

 

  • Que Apple, tras la aparente jugada maestra de los dos tamaños, dé el siguiente paso con lo de cumplir deseos y presente los modelos “s” con ese plus de RAM que cada vez se evidencia más necesario.
  • Que Sony y Samsung asienten sus nuevas políticas sobre el número de lanzamientos y redondeen sus productos: menos terminales, mejor rematados, y con, suerte, que las lacras respectivas del postprocesado fotográfico y el software empiecen a desvanecerse.
  • Que los de One Plus One establezcan un mejor y más sencillo sistema de comercialización y aspire a ser el Android de referencia que casi es este año.
  • Que LG y Motorola, en contraposición al caso anterior, vuelvan a los precedentes y nos den sus “productos azote”.
  • Que imperen los conectores reversibles (Lightning y microUSB), y que la carga inalámbrica “de verdad”, esa que todo geek anhela, dé un paso más.

 

Quedará ver si con todo esta corriente se apagan del todo llamas ya muy débiles como la de BlackBerry, que parece estar siempre en su último suspiro pero sigue presentando terminales, qué caminos tomarán los siempre sorprendentes HTC y si Microsoft logra recuperar algo del tirón Nokia que parece haber perdido con sus últimas presentaciones.

Tablets y ordenadores:
¿vida, muerte o convivencia?
la era post-pc es esa amenaza constante que, pese a la agresividad de los nuevos productos,
no llega

La era post-PC es esa amenaza constante que, pese a la agresividad de los nuevos productos, aún no llega. Esa humana manía por matar familias de productos ha hecho que este año, además, se ponga en el punto de mira a los tablets, o al menos a cierto rango de tamaño, quizás en parte por extensión de ese aparente establecimiento de

los phablets.

 

Y 2015, sin embargo, no tiene pinta de ser el año en que grabemos el D.E.P. a alguno de estos sectores, de hecho probablemente veamos a los Papá Noel, Reyes y demás excusas mágicas cargar con equipos tan completos como un iPad Air 2 o una Surface 3, o un San Valentín con aires de piruleta androide si la N1 de Nokia comienza a comercializarse (tablet éste que tiene un camino de rosas para convertirse en el tablet Android del año si Google no afina más su producto y el resto no se lanza con una gama competente sin penalizar el producto por software y añadidos que ya el usuario básico rechaza).

 

No habrá era post-tablet, y la post-PC se limitará probablemente a lo que ya es prácticamente un hecho: la “P” de estas siglas viró desde hace un tiempo en la práctica a “profesional”, y en esto, aunque los tablets pisen fuerte, hay campos en los que no se pueden sustituir (desde la edición profesional de vídeo hasta la “simple” maquetación web). No en vano, Intel, Nvidia y el resto de fabricantes siguen apostando por ellos y los procesadores y demás componentes son cada vez más potentes y eficientes. Además, de hecho, la interacción PC-usuario aún puede mejorar mucho, con inventos como Leap Motion, que una vez más nos saca una sonrisa futurista a la vez que nuestra experiencia de usuario da un paso más.

Wearables
en 2015 podremos ver esa pulsera, ese mini-entrenador completo que buscamos con este tipo de productos

Este año hemos visto un florecer de fit-trackers, una segunda (o tercera) horneada ya para muchos, como FitBit, Jawbone u otros menos especializados en este campo como Samsung. Una diferenciación, incluso, entre cuantificadores sencillos y wearables más completos con sensores y sincronizaciones eficientes. Un amplio espectro de pulseras y relojes que sirven de test para seguir mejorando estas tecnologías y, esperamos, abaratando algunos precios que quizás aún nos paran a la hora de atrevernos a adquirir uno. En 2015 podríamos ver esa pulsera que cuantifique pasos, brazadas y escalones, nos chequee los latidos y el sueño, y se convierta, al fin y al cabo, en ese mini-entrenador completo que buscamos con este tipo de productos. ¿Será un nuevo Misfit Shine ese producto? ¿O quizás Polar nos sorprenda con la iteración de su Loop?

 

Si algo queda claro, es que habrá fit-trackers con el permiso de los smartwatches, los cuales han venido para quedarse, con productos que se aproximan tímidamente a esa especie de reloj intermedio entre el de Michael Knight y el de 007 que parece desear la mayoría. 2015 promete, como poco, el Apple Watch, el sueño materializado de quienes aspiran a un ecosistema puro y optan por la manzana, y quizás otro prototipo más para quienes esperan una fusión entre fit-tracker y reloj que resista agua y días sin cargar y con quizás algo más de independencia del smartphone. No es la única promesa en este campo, Barra y la gente de Xiaomi, su némesis según algunos, pide directamente a sus posibles compradores qué smartwatch desean, y sabemos que, pese a las limitaciones de mercado y demás, los orientales no dudan a la hora de lanzar sus productos y pisan fuerte.

 

Apunta, el 2015, a ser el año de la consolidación del smartwatch como producto redondo, tras los precedentes que hemos visto éste. ¿Quién se llevará el gato al agua?

Automóviles eléctricos:
logros y tropiezos
No es oro todo lo que reluce y falta mucho por afinar este sistema-mercado a nivel de eficiencia
y potencia

Atrás han quedado las risas que surgían cuando se hablaba de repostar el coche con un cable a una toma de luz como quien enchufa la batidora en su cocina. Si bien es cierto que el motor de combustión sigue imperando sin apenas temor a otras amenazas, paralelamente los intentos por afianzar automóviles independientes de los combustibles fósiles son cada vez más ruidosos. Ejemplos de ello son los coches híbridos, cada vez más cotidianos, o los que han conseguido ser objeto de deseo de cada vez más gente: los Tesla (sin ser los únicos que han fabricado coches totalmente eléctricos). No obstante, no es oro todo lo que reluce, al menos ahora, y falta mucho por afinar este sistema/mercado, a nivel de eficiencia, potencia y, de manera colateral, en cuanto a legislación y economía.

 

Electricidad, hidrógeno, y otras fuentes de energía limpia, aspiran a consolidar la alternativa para cuando nos hayamos bebido la última gota de oro negro. Es poco probable que se logre en 2015, al menos de una manera firme, pero sin duda es una carrera cuya meta está cada vez más cercana, descubriendo nuevas fuentes de energía alternativas potenciales y mejorando las ya conocidas, como la solar o el motor de hidrógeno. Veremos cuánto nos logramos alejar de los surtidores a lo largo del año.

Biotecnología
En 2015 se puede asentar la terapia a la carta minimizando el temido rechazo de los implantes-transplantes convencionales

El 2014, declarado Año de la Biotecnología, ha dejado un buen caldo de cultivo a la medicina y a que el ser humano sea capaz de crear terapias efectivas para enfermedades que representan amenazas cada vez más importantes, aunque luego todo tenga que pasar por el injusto colador de los intereses económicos. El 2014 ha sido el escenario de hitos médicos como la impresión 3D de órganos funcionales, la mayor aproximación a la cura de la diabetes, o la consolidación del nanoscopio, frutos de la unión del afán del ser humano por sanar y de los increíbles avances tecnológicos en campos como la nanotecnología y la óptica. Dennis Quaid debió reírse bastante al estudiar su guión para “El chip prodigioso”, sin imaginar que viviría para ver como la comunidad científica materializa, de una manera mucho más realista y modesta, el concepto de robot terapéutico, una estructura de unos 800 micras que aspira a ser capaz de administrar fármacos reforzando recuperaciones tan exigentes como las del cáncer.

 

Este maravilloso y esperanzador lecho biotecnológico podría hacer de 2015 el año en que se asiente la terapia a la carta minimizando el temido rechazo de los implantes/transplantes convencionales, el año de la telemedicina, el año en que cueste identificar un implante biónico perfectamente instalado en un organismo, el año en que el plato de las terapias curativas pese más que el de las paliativas, porque llegamos a la raíz más subatómica del problema. In science we trust.

Las palomitas a punto

Si de algo podemos estar seguros es que, tanto por nuestra naturaleza curiosa como por esa ambición enajenada que sólo tienen esos soñadores genios persistentes, el año se presenta cuanto menos, esperanzador. Habrá algunos que intenten materializar otras películas y podamos, por ejemplo, programar el sentido del humor de nuestros asistentes de voz (permitidnos el guiño). Pero yendo a la parte más práctica y de consumo real al fin y al cabo, lo realmente interesante será ver hasta qué punto somos capaces de potenciar la tecnología a nuestro servicio integrándola hasta el punto de pasar desapercibida, de que sea una constante allá donde vayamos facilitándonos la vida: la homogeneidad de lo wireless y la reinvención de las baterías. Ya queda poco para empezar este año de promesas y sueños potenciales, veremos desde nuestra butaca geek cuáles se nos cumplen.