Enrique Frisancho y Ana María Vicens son los fundadores de Shoulderpod S.L. Una empresa constituida en Barcelona en diciembre de 2013. Los dos cuentan con algo importante: experiencia. Enrique, ingeniero industrial de 49 años, y Ana María, arquitecta de 46, tienen un bagaje suficiente en el mundo laboral que les avala a la hora de presentar un producto como el S1, el primer (y único, de momento) accesorio lanzado al mercado por su empresa Shoulderpod. Entre otros proyectos llevados a cabo, estas dos mentes inquietas fundaron en 2007 la empresa TAMBAKUNDA S.L., un estudio de innovación y diseño desde donde se ayuda a las empresas a crear nuevas líneas de negocio a través del diseño de productos, servicios, espacios y marcas. Quizás Ana María y Enrique se salgan un poco de la norma habitual de nuestros pathways, es decir, casi siempre hemos contado historias emprendedoras de jóvenes que apenas superan los 30 años. En esta ocasión no es así, lo que para mí le da incluso más valor. Los dos, con más de 20 años de trayectoria profesional, quieren demostrar cada día aquello de lo que son capaces, y vaya si lo consiguen.
Centrémonos de una vez en Shoulderpod, que seguro estás deseando leer sobre ello. Shoulderpod, en palabras de sus creadores, es “empresa dedicada a diseñar y fabricar accesorios profesionales para utilizar los smartphones como cámaras”. Enrique continúa diciendo “Nuestro primer producto es el S1.
Un grip ajustable a cualquier smartphone que permite montarlo en un trípode, sujetarlo de forma segura con una mano y utilizarlo como soporte de viaje. Nuestro objetivo es diseñar una gama productos de alta calidad para profesionales y amantes a la fotografía y el vídeo móviles”. Fabrican equipos para fotógrafos, cineastas, reporteros, viajeros o cualquier usuario avanzado que utilice su dispositivos para contar historias visuales. “Nos enfocamos a usuarios que disfruten generando esos contenidos”, apunta Enrique. Tienen bien localizado su público objetivo. Un target que puede localizarse en prácticamente cualquier punto del planeta, ya que Enrique y Ana María concibieron Shoulderpod desde el principio como una empresa global. “Desde el día que salimos al mercado empezamos a vender en cerca de 30 países. Actualmente vendemos nuestros productos en toda la Unión Europea, USA, Canadá, Suiza, Australia, Singapur, Thailandia, Hong Kong… y cada semana nos contactan distribuidores o tiendas de todo el mundo interesados en lo que hacemos.” comenta Enrique.
Y bien, ¿cómo surgió la idea de negocio? Apple tiene su parte de culpa en esta historia. “Ana María y yo siempre hemos sido muy aficionados a la fotografía y el vídeo. Sin embargo, cuando Apple lanzó el iPhone 4 vimos que los smartphones podían dejar de ser una cámara de último recurso y convertirse en nuestra cámara principal. Hasta entonces la cámara de nuestros teléfonos era un accesorio totalmente secundario pero el iPhone 4 fue el primer teléfono que se tomó la cámara en serio.
Pasó a convertirse en una de las funcionalidades principales del dispositivo,
casi diría que para nosotros pasó de ser un
teléfono con cámara a ser una cámara con teléfono”, sentencia Enrique. Ahora bien, como nos explicaba el cofundador de Shoulderpod, el problema era cómo sujetarlo. “Aunque toda la tecnología que integraba era enormemente práctica, su diseño estaba pensado para llevarlo cómodamente en un bolsillo, no para montarlo en un trípode o para sujetarlo con una mano mientras se graba un concierto. Eso era un problema, y como siempre, cuando hay un problema hay una oportunidad. Finalmente llegamos al producto que a nosotros mismos nos gustaría comprar”.
Seguro que has escuchado hablar del crowdfunding, ya sabes, financiación colectiva. Una forma de financiación muy extendida en los últimos años en la red. Ana María y Enrique pusieron en marcha en junio de 2013 una campaña de crowdfunding en Indiegogo. Ellos lo recuerdan como “nuestro primer intento de convertir nuestra idea en una realidad empresarial”, ya que, como nos cuentan, cometieron errores. Enrique lo reconoce con toda naturalidad, sabedor de que los errores te ayudan a crecer y a mejorar. “Aparentemente una campaña de crowdfunding es simple: fabricas un prototipo, haces un vídeo promocional, creas una serie de recompensas atractivas y lo subes a la plataforma. Sin embargo lo verdaderamente difícil es llegar a tus potenciales mecenas que están repartidos por todo el mundo. Nos dimos cuenta de que el verdadero valor de una campaña de crowdfunding era desarrollar previamente una estrategia de comunicación muy elaborada que te permita aparecer en las publicaciones online más importantes de tu sector, pero ya era tarde. La verdad es que en esa fase cometimos muchos errores, sin embargo aprendimos más de comunicación en un mes que todo lo que sabíamos hasta la fecha.”
Pese a que la campaña no funcionara y se quedaran lejos del objetivo de recaudación, generaron un gran interés en su entorno. A las pocas semanas varios amigos y conocidos empezaron a llamar a Enrique y Ana María para preguntarles si les aceptarían como inversores de una posible empresa. Entonces fue cuando se dieron cuenta de que todo ese trabajo previo podía tener una continuidad. Desarrollaron un Businees Plan del proyecto, lo presentaron a posibles inversores y en menos de un mes habían conseguido la financiación que necesitaban para fabricar los moldes y poder lanzar el primer producto.
Como ya comenté en líneas anteriores, la empresa se constituyó en diciembre de 2013. El Shoulderpod S1 salió al mercado solo seis meses después, el 10 de junio de 2014.
Un estusiasmado Enrique nos cuenta que “las ventas online empezaron en toda la Unión Europea y en USA a través de nuestro primer distribuidor. El producto apareció en unas 50 publicaciones a nivel mundial y entramos en Break Even desde el primer mes.
En septiembre llegó el lanzamiento del iPhone 6 con una gran mejora en su cámara y nuestras ventas se multiplicaron por 10. Cerramos 2014 con nuestra primera campaña de Navidad que también fue un éxito. Teníamos el producto adecuado en el momento adecuado.”
Después de tanto trabajo, el éxito llegó, y con él uno de los momentos que más ha sorprendido e ilusionado a los fundadores de Shoulderpod. El fotógrafo Austin Mann hizo una fantástica review de la cámara del iPhone 6 y 6 Plus. Enrique desprende emoción al recordarlo. “Fue un reportaje espectacular en Islandia en el que comparaba las nuevas prestaciones fotográficas y de vídeo de los nuevos iPhone respecto a su antecesor el 5S. El reportaje estaba patrocinado por la prestigiosa revista de tecnología The Verge y el vídeo tuvo más de 500.000 visitas en los primeros dos días. Lo sorprendente para nosotros fue que en gran parte del vídeo Austin Mann utilizaba el Shoulderpod S1 para sujetar los nuevos iPhone. Nuestra tienda online echaba humo durante esa semana y nos colocábamos en la primera fila de nuestro pequeño sector.”
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Y es que el éxito, al menos en este caso, no es fruto de la casualidad. Enrique y Ana María han hecho un estudio muy interesante sobre el mercado de accesorios móviles, lo que les ha permitido observar que la mayoría de fabricantes abordan este mercado con un enfoque muy amateur. ¡Eureka! Aquí estaba la necesaria diferenciación. “En Shoulderpod desde el principio pensamos que tanto la marca como el producto debían desarrollarse con un enfoque profesional en todos los aspectos. Lo que buscábamos precisamente eran usuarios que
supieran valorar esa diferencia, ese era nuestro mayor factor diferencial. Se trataba de desarrollar un producto que no sólo funcionase, sino que funcionase bien. Que fuera robusto y que estuviera fabricado con un alto nivel de calidad, tanto en la selección de los materiales como en los acabados”. Y, ¿sabes qué? Solo puedo ratificar las palabras del cofundador de esta empresa española. Soy un feliz usuario de Shoulderpod S1, expectante por que Enrique y Ana María vuelvan a sorprenderme.