Para quienes nos implicamos un poco más en el mundo de los smartphones, nos es familiar ese tipo de preguntas o comentarios de quien no presta tanta atención y puede confundir plataformas o marcas. El “Hijo, ¿esto es Android o iOS?” no va más allá de unas risas y una anécdota familiar, pero pocas risas hay para una marca cuando ve que esta confusión se produce en un tweet por el que ha pagado grandes sumas.
Los #EpicFails: un hashtag con derecho propio

En el mundo de la farándula y en la twittesfera hay famosos, influencers e híbridos. Son especies cuyas prendas, expresiones e incluso excentricidades marcan tendencia, y con las redes sociales es cuestión de un rato. Hace tiempo que las marcas vieron esto, y la relación comercial era evidente: los estados esponsorizados, una manera de llegar directamente y con respaldo a imitadores por inercia. Si funciona con la moda o con el peinado, ¿por qué no va a funcionar con un terminal?

 

Eso creyeron en Samsung cuando pensaron que sería buena idea proponer a David Ferrer que twittease maravillas de su terminal Samsung Galaxy S4. En estas ocasiones, la intención no es lo que cuenta, sino el cliente de Twitter; la delatora app deja una huella que en este caso determinó que la publicidad se la llevase justo la competencia. Fuese por parte de quien fuese, porque hay que tener en cuenta que estos asuntos los suele llevar un community manager, el autor se apresuró a borrar el tweet, una medida inofensiva teniendo en cuenta la rapidez de captura de pantalla que tienen los usuarios, haciendo que el #EpicFail permanezca siempre presente.

 

Fue muy sonado el caso de Ferrer, pero ni mucho menos fue el primero. Meses antes Oprah Winfrey, reina de los programas de entrevistas de Estados Unidos y conocida mundialmente, decía estar maravillada con su Surface (el tablet de Microsoft), twitteándolo desde un iPad y haciendo referencia a la conocida promoción navideña de Apple y sus “12 días de regalo”, añadiendo un poco más de gravedad al #EpicFail.

 

Otra jugada de “marketing inverso involuntario” para Apple fue el tweet de la cantante Alicia Keys, quien tras asegurar que iba a usar exclusivamente terminales de BlackBerry quiso compartir esta ilusión por Twitter, pero desde su iPhone (o del de alguno de sus empleados). Alicia aseguró tras la repercusión del #EpicFail que en realidad no se trataba de esto, sino que había sido víctima de un hackeo, una afirmación que se sostenía

bien poco.

 

Viendo estas equivocaciones, da miedo pensar en los ceros que llevarán las cifras de esos contratos de imagen, y la de cabezas de community managers que habrán rodado por estos errores tan humanos. Sin embargo, lejos de dejar estas estrategias, los contratos con famosos siguen ocurriendo, aunque no siempre son éstos y su personal quienes caen en el error. A veces los propios fabricantes se encargan de echar estas ruidosas piedras a su propio tejado, como en el reciente caso de HTC y su estrafalaria edición especial en dorado charol del HTC One M9, publicando desde su Twitter oficial unas fotos hechas con

un iPhone 6.

Errores de altos vuelos

Los caminos del marketing son inescrutables, o al menos eso parece cuando se tienen ideas como la de aprovechar algo como un hackeo a la intimidad de numerosos personajes famosos para lanzar una oferta. Ése fue el caso de Spirit Airlines, quienes tuvieron la horrenda idea de hacer leña del password caído cuando se publicaron fotos robadas de los almacenamientos en la nube de famosas como Jennifer Lawrence o Rihanna.

 

Más misterioso pero no menos llamativo fue el caso de US Airways, a quienes “se les coló” nada más y nada menos que una fotografía pornográfica en respuesta a un cliente que estaba quejándose por los retrasos de la compañía vía Twitter. Hasta una hora estuvo el tweet publicado, lo cual en estos lares es una eternidad, aunque lo más inexplicable de todo es que la aerolínea no despidiese al autor de ese #EpicFail que en la jerga de la red se clasificaría como NSFW (Not safe/suitable for work, es decir, no es seguro/apropiado para ver en el trabajo).

No sólo de tecnología viven los #EpicFails

Twitter tiene un maravilloso trasfondo humano (y menos mal) aunque muchas veces no lo parezca. Las prisas, motor principal de la información en esta red social, son las responsables de los descuidos que más quebraderos de cabeza pueden causar a su autor y, por tanto, más viral ser su impacto.

 

Un sector que nos ha proveído bien de #EpicFails de producto nacional es la política. A veces resulta casi entrañable ver cómo éstos van descubriendo poco a poco (ahora, en 2015) el alcance de la red social y el poder comunicativo y transmisor de la misma. Cada vez lo usan más para distribuir sus mensajes, si bien para algunos esta red ya es una vieja conocida, aunque en épocas pasadas y fases previas a su actual imagen de

político “riguroso”.

 

Hace poco la víctima de sus propios tweets era Guillermo Zapata, que renunció a su puesto de Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid porque se publicaron tweets de contenido ofensivo que emitió en 2011. A consecuencia de esto se vio otro gracioso error, aunque mucho menos grave, debido a los tweets automáticos que algunos servicios tienen configurados, como el caso de @Tweet_Delete, que nos informó de que Ramón Espinar (diputado) estaba realizando una limpieza de su timeline.

De borrar nada, todo lo contrario

El caso opuesto a los #EpicFails es el mostrar lo que otros ocultarían y hacer gala de ello. Un claro ejemplo lo tenemos con la presidenta del Parlamento Navarro y sus muestras de cómo se preparaba para los San Fermines de este 2015. Ainhora Aznárez no hizo como Ramón Espinar y otros muchos políticos y no intentó siquiera borrar los tweets.

 

De hecho, dada la rapidez en que estos errores se viralizan y se conservan por los testigos más avispados, quizás lo más honesto (y valiente) sea mantenerlos, aunque lo mejor es, como en la vida misma, pensar las cosas antes de decirlas, sobre todo si las van a leer miles de personas. No por eso se ha de perder espontaneidad ni naturalidad, pero seguro que cuando se trata de negocios y de cultivar una imagen, esos diez segundos de revisión compensan toda una vida virtual con constante recuerdo de un #EpicFail.