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omo ya hemos visto el iPad Pro es fino, es ligero y es colosal. Estas son las palabras que Apple ha elegido también para introducir su última genialidad. Un dispositivo que promete aportar todas las soluciones a nuestras necesidades en movilidad. Los campos en los que se espera que destaque por encima de la competencia son los de productividad y creatividad, si bien vamos a ver que existen algunas puertas abiertas para las ciencias como la salud, sin duda un campo que será necesario abonar con apps que los desarrolladores ya están preparando. C

Estamos ante un dispositivo que a primera vista encandila por sus especificaciones portentosas y además muy bien adornadas con jugosas cifras de potencia de procesamiento, gráfica y eficiencia energética; pero es necesario quitar un poco de zoom a esta visión y buscar el protagonismo que los accesorios presentados, el Apple Pencil y el Smart Keyboard, van a tener en la consolidación de este modelo. Resultarán a la postre inseparables si realmente queremos obtener todo el rendimiento de iOS 9 y las apps que se han preparado y otras, las más novedosas que todavía están en fase

de desarrollo.

La tableta
que nos quiere poner a trabajar

Durante la presentación del iPad Pro ya pudimos ver que firmas tan importantes en el terreno de la productividad como Microsoft o la creatividad como Adobe han estado trabajando de la mano con Apple para conseguir que la integración de sus productos sea total. Esta va a ser una de las diferencias respecto al a competencia que ahora analizaremos, todavía hay mucho más.

 

En su propio nombre el iPad ya nos da la pista principal de lo que busca: un reconocimiento como producto profesional y también un posicionamiento al nivel de sus principales competidores. Entre ellos podemos encontrar la Surface Pro de Microsoft y también, aunque ya tiene un tiempo entre nosotros, la Galaxy Note Pro de Samsung o algunas tabletas a las que HP les ha introducido Windows 10 y bautizado directamente como HP Pro. Situemos a estos como los principales rivales del iPad Pro, sin despreciar para nada los dispositivos convertibles que algunos fabricantes siguen empeñados en poner sobre la mesa, todavía sin demasiada aceptación por parte de los usuarios. Estamos hablando de equipos como los HP Envy o Stream o incluso algunos intentos vacuos como el ATIV de Samsung en su momento.

En su propio nombre el iPad ya nos da la pista principal de lo que busca: un reconocimiento como producto profesional y también un posicionamiento al nivel de sus principales competidores
No lo llames Pro, llámalo Plus

Reconozcamos que la cuestión de poner un Pro a los dispositivos como apellido es una verdadera tendencia. Los usuarios, seamos o no seamos Pro, vemos un Pro y nos venimos arriba. ¿Quién no quiere ser un verdadero pro en lo suyo? Es como si el nombre del producto justificase la elección del mismo. No tenemos que olvidar que las tabletas siguen teniendo su mayor aceptación como consumidores de contenidos y que el giro que los fabricantes principales están intentando conducir es hacia la creatividad y la productividad además de la inserción en ciertos sectores profesionales muy especializados, siempre asociados a la movilidad. En algún momento en las oficinas de Apple alguien tiene que haber propuesto el nombre de iPad Plus para el dispositivo que ahora conocemos como Pro. Alguien que realmente habría puesto los pies en la tierra a más de uno y que agitando su conciencia le habría dicho que no, esto no es un iPad Pro, esto es un verdadero iPad Plus. Hay muchas cosas en él que lo hacen

Plus y no Pro.

 

Ahora lo que toca es ver qué está haciendo la competencia, ya que es posible que incluso antes de que este próximo mes podamos tener el iPad Pro en nuestras manos sea Microsoft quien golpee la mesa, bien fuerte, con una Surface Pro 4. La renovación de la Surface es inminente y es necesaria. Hace ya más de un año y medio que no mueven ficha los de Redmond y ahora es su turno. Están obligados, por las circunstancias de la competencia y por las propias autoimpuestas en el mercado.

 

Mientras nos tenemos que contentar con poder hacer una comparativa directa con el gran titán de la productividad en formato de tableta. La Surface Pro 3 es un PC en toda regla y en esta categoría no podemos incluir al iPad Pro, que no quiere entrar ahí, por supuesto, pero no hay forma de evitar

la comparación.

En algún momento en las oficinas de Apple alguien tiene que haber propuesto el nombre de iPad Plus para el dispositivo que ahora conocemos como Pro
Apple iPad Pro vs. Apple MacBook Air vs. Microsoft Surface Pro 3
Sus carencias frente a la Surface

El iPad Pro tiene algunas carencias importantes respecto a un dispositivo como la Surface de Microsoft. Las más graves están centradas en la falta de un puerto de conexión para dispositivos de almacenamiento externo, que bien podría haber sido el USB Type-C utilizado en los últimos modelos de MacBook. Otra carencia importante es que el sistema operativo iOS no se acaba de ver como un sistema verdaderamente profesional por gran parte de los usuarios. Apple ha tratado de acercar posiciones con su última iteración. iOS 9, con su nuevo sistema de archivos “medio oculto”, iCloud Drive y la incorporación de multitarea real “con cuentagotas” parece que intenta aproximarse de forma tímida a lo que algunos usuarios demandamos de un dispositivo profesional que nos permita centralizar toda la actividad en el mismo.

 

La incorporación del teclado Smart Keyboard también es otra de las ventajas a medias ya que se han inventado un conector novedoso que no permite nada más que la conexión del accesorio y su gestión energética, desaprovechando la oportunidad de incorporar una vía de expansión del dispositivo o al menos dejar de inventar el conector una y otra vez. Tampoco ha cabido un touchpad que hubiera quedado perfecto en el Smart Keyboard y relajaría en mucho la ardua tarea de navegar por documentos y páginas web en la pantalla. Se pueden utilizar las teclas de dirección, pero todos sabemos que no es lo mismo. Quizá demasiadas oportunidades perdidas o a lo mejor tan solo una decisión empresarial de limitar el alcance del iPad Pro para no solapar demasiado con los rivales internos. El iPad Pro tiene que dejar alguna holgura para el MacBook Air, que en precio y prestaciones bien podríamos incorporarlo como un rival directo de la nueva tableta profesional de Apple.

iOS 9, con su nuevo sistema de archivos “medio oculto” iCloud Drive y la incorporación de multitarea real “con cuentagotas”, parece que intenta aproximarse de forma tímida a lo que algunos usuarios demandamos de un dispositivo profesional
MacBook Air y iPad Pro
El complemento ideal

El otro gran contendiente que va a encontrar el iPad Pro está en casa. Se trata del MacBook Air. Apple siempre ha sabido segmentar de forma estratégica sus productos para optimizar las ventas y en esta ocasión es muy posible que muchos usuarios no profesionales pero que requieren un dispositivo táctil de mayor tamaño que los iPad actuales se decante por el iPad Pro y vean cómo el MacBook Air se les queda en tierra de nadie. En estos momentos muchas personas se estarán preguntando: ¿Qué me compro, un iPad Pro con su teclado o un MacBook Air? La respuesta, como siempre es “a la gallega”: Depende. Y dependen tan solo de una cosa: del uso que vayas a hacer del dispositivo.

 

Ya que a nivel de prestaciones el MacBook Air más básico (999 EUR) se podría comparar sin ningún problema con el conjunto de iPad Pro + Smart Keyboard, el usuario va a tener que hilar muy fino en caso de tener que decidir por uno u otro conjunto. El iPad Pro es un dispositivo ideal para compartir información con otras personas en torno a una mesa de trabajo. Es especialmente potente si tenemos que dibujar cualquier objeto o realizar cualquier tipo de anotación o rellenar alguna lista de comprobación (check list) en campo. En todos estos casos tiene mucha ventaja respecto a la “rigidez” del Air y la falta de pantalla táctil o el exceso que supone el poco discreto teclado en algunas de estas situaciones. El Smart Keyboard puede desaparecer fácilmente y esto no deja de ser una de las grandes ventajas, la morfología del dispositivo y la independencia de la gran pantalla. Ese es el cambio.

 

En todos los casos en los que el MacBook Air nos ofrezca alguna aplicación que OSX tiene disponible y en iOS no está ni se le espera, en esos casos, no nos quedará otra que tirar de potencia de sistema operativo frente a movilidad.

¿Qué me compro, un iPad Pro con su teclado o un MacBook Air? La respuesta, como siempre es “a la gallega”: Depende. Y dependen tan solo de una cosa: del uso que vayas a hacer del dispositivo
Conclusión

No te vamos a dar la respuesta a la pregunta que ahora tendrás: ¿Cuál es el mejor? No es nada fácil recomendar o proponer uno mejor que otro. Lo más fácil, pero nada económico, sería poder disponer de ambos dispositivos. Claro, en un mundo en el que no hubiese limitaciones económicas, en ese mundo idílico, te recomendaríamos un MacBook Air, un iPad Pro y por qué no (te había dicho que es idílico, ¿no?) también una Surface 3 de Microsot. En realidad, Apple ha venido a poner un nuevo producto sobre el escenario con unas características que parecen muy profesionales pero que no se ven acompañadas por el entorno (accesorios) y tampoco por el ecosistema (apps y sistema operativo). No nos parece que se un iPad tan Pro como lo han pintado.