Si utilizas de forma habitual alguna de las principales redes sociales disponibles en la actualidad, estamos seguros de que en más de una ocasión te habrás planteado qué sucede con las fotos que subes a Internet y quién tiene acceso a las mismas. Dado el aumento de interés por la privacidad, gigantes de las redes sociales como Facebook llevan un tiempo poniendo todo su empeño en facilitar la forma en la que los usuarios pueden comprobar y configurar con quién comparten los mensajes, fotos y vídeos que suben a diario a Internet. Aun así, uno de los principales problemas relacionados con la privacidad en la red es el desconocimiento de los propios usuarios, que en muchas ocasiones no están al tanto de los riesgos que supone no preocuparse por la privacidad en Internet. Es por ello por lo que resulta imprescindible concienciar a la sociedad acerca de la necesidad de proteger nuestra propia privacidad, sobre todo si tenemos en cuenta que la información que compartimos está al alcance de todos y, por tanto, podría llegar a volverse en nuestra contra. Un claro ejemplo de esto es el mundo laboral, donde desde hace un tiempo, los departamentos de Recursos Humanos de muchas empresas afirman utilizar las redes sociales para visitar los perfiles de los distintos candidatos a una oferta de trabajo. Esto significa que si descuidas lo que compartes en Internet, la persona encargada de reclutar trabajadores podría estar observando en este mismo momento las fotos que subes a las redes sociales cada domingo después de salir de fiesta el día anterior, difuminando la imagen seria, responsable y trabajadora que intentas transmitir con tu curriculum vitae.

 

Sin duda alguna, el público adolescente es uno de los sectores más afectados por la falsa sensación de privacidad en Internet. Desde hace un tiempo proliferan redes sociales como Snapchat, ideadas para compartir contenido efímero. En teoría, todo lo que compartimos a través de este tipo de plataformas solo puede ser visto una vez, pero en la práctica, la realidad es muy distinta: lo que muchos usuarios ignoran es que la persona que está viendo lo que comparten puede hacer una captura de pantalla o una fotografía, preservando para siempre lo que creían que solo iba a estar online durante un breve periodo de tiempo. Esta falsa sensación de privacidad es la que hace que muchos adolescentes decidan compartir contenido que jamás se plantearían subir a redes sociales más tradicionales, algo que puede llegar a dar lugar a situaciones problemáticas si no se actúa con conocimiento.

Es importante tener en cuenta que el concepto de privacidad no se limita a la forma en la que hacemos uso de las redes sociales e Internet, sino que es mucho más amplio. En multitud de ocasiones, la privacidad de la información no solo depende del usuario, ya que entran en juego factores externos como la seguridad de los servidores de las compañías o las decisiones de las mismas. De hecho, a veces son incluso las propias empresas las que se ven involucradas en problemas relacionados con la privacidad de la información que manejan, dando lugar a situaciones extremadamente complejas.

 

Uno de los casos más recientes es la polémica situación que está teniendo lugar actualmente entre Apple y el FBI. Como probablemente sabrás, el FBI está en posesión del iPhone de uno de los terroristas que atentaron en San Bernardino (California) durante el pasado mes de diciembre. A pesar de ello, no es posible desbloquear el terminal (que podría –o no– incluir información de vital importancia para la investigación en curso) al estar protegido por contraseña. Tal y como pudimos saber hace unas semanas, el FBI ha solicitado a Apple el desarrollo de una herramienta con la que evadir las protecciones del sistema operativo de ese iPhone en particular y acceder al contenido del mismo. Sin dudarlo, la compañía de la manzana se negó en rotundo, y el propio Tim Cook publicó un comunicado explicando los motivos por los que no desarrollarían el software –que no existe en la actualidad– necesario para desbloquear el smartphone del terrorista.

A lo largo del comunicado, el CEO de Apple afirma que las implicaciones van mucho más allá del caso en concreto, y explica que crear una “puerta trasera” en los dispositivos iOS supondría una amenaza a los derechos de todos los ciudadanos. Aunque el FBI insiste en que solo necesita la herramienta para este caso en concreto, Apple explica que en caso de desarrollar dicho software (en el mundo físico sería una especie de llave maestra con la que podríamos abrir cualquier puerta), este podría filtrarse y terminar en las manos equivocadas, lo que tendría consecuencias devastadoras. Al parecer, Apple no es la única en opinar de este modo, ya que empresas como Facebook, Google, Twitter o Microsoft han apoyado la decisión del gigante tecnológico.

 

Si echamos la vista atrás, uno de los casos relacionados con la privacidad de los usuarios de Internet más sonados del año pasado fue el de Ashley Madison, la red social dirigida a personas que buscan en Internet alguien con quien ser infiel a sus parejas actuales. En agosto de 2015, la web fue atacada por un grupo de expertos informáticos, comprometiendo los datos almacenados en los servidores de la compañía. Posteriormente, la información personal de los usuarios del sitio web se hizo pública, y muchas de las víctimas de la filtración fueron extorsionadas. Por desgracia, la situación terminó en el suicidio para dos de los usuarios del portal.

 

Por último, no podemos concluir sin mencionar el escándalo destapado por Edward Snowden, que dio a conocer los casos de espionaje a los ciudadanos estadounidenses llevados a cabo de forma sistemática por la NSA, demostrando hasta dónde puede llegar la invasión de la privacidad.

 

Llegados a este punto, estamos seguros de que querrás conocer todos y cada uno de los riesgos que corres si no te preocupas por proteger tu privacidad en la red. Si es así, te recomendamos que continúes leyendo el Especial, donde también te contamos qué puedes hacer para proteger tu privacidad y la de los tuyos.