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El espacio en el móvil es un problema cada vez más habitual a medida que tanto las apps como sus archivos van ocupando más (al ser de más calidad) y mientras permanezcan dispositivos con almacenamientos mínimos, como son los 16 GB en el caso del iPhone o incluso 4 GB si hablamos de smartphones Android. Si a esto aludimos la preocupación por el gasto de datos de la tarifa contratada y lo “especial” que llega a ser la gestión de nuestra biblioteca de medios en iOS, entonces probablemente nos encaje la solución que ofrece la app Osonomío, un reproductor de música en la nube (la que queramos).
Se trata de una app que pretende facilitar el que podamos componer listas de reproducción con nuestra música en formato *.mp3, *.m4a, *.wav, *.mp2, *.mp1, *.wave, *.ogg, *.aiff, *.opus, flac o *.wv. Es decir, aquella que hemos obtenido con iTunes o en alguna otra tienda externa con la posibilidad de entremezclarla y sin que haya restricciones por parte de la app con respecto a la extensión. ¿Su fundamento? Recurrir a las nubes como fuente de los archivos, de modo que importaremos la música recurriendo en un principio a un explorador de archivos, como cuando rellenamos un reproductor mp3 por USB (no iPod).
Lo primero que tendremos que hacer es registrarnos (sólo necesitamos un correo electrónico, es gratuito) y, si queremos ganar tiempo, tener la música en la nube que deseemos (compatible con Dropbox, Drive, SugarSync y Box). Teniendo la app del almacenamiento instalada en el smartphone, ésta debería aparecernos una vez iniciada la sesión y cuando Osonomío nos pidiese seleccionar cuál usar con un botón deslizable, pero nos hemos encontrado que teniendo Dropbox y Drive sólo aparecía la primera. Una vez seleccionado el almacenamiento, hemos de aceptar el permiso.
Extremando la sencillez
La app es fiel al flat design y presenta una línea de diseño basada en un color principal y los elementos justos para cumplir la función. Esto conlleva el riesgo de que la app no sea demasiado intuitiva, cosa que ocurre en casos como VSCO o Snapchat y que también nos ocurre con Osonomío.
Nos encontramos con un panel principal en el que se muestra una interfaz típica de reproductor, con un diseño agradable y con unos controles de reproducción cómodos y perfectamente entendibles. No obstante, es algo confuso el agregar medios a la lista de reproducción, sobre todo cuando podemos encontrarnos con el hecho de que el medio no se haya agregado bien. Esto ocurre, por ejemplo, si el álbum está en una subcarpeta: aparece con la sincronización, pero no queda claro si está agregado o no y por qué no responde como otros álbumes. Es decir, un tap para agregar (y queda en blanco) o un tap para no agregar a la lista (y queda en naranja, como el fondo).
Siguiendo con la interfaz, además de la pantalla principal con el control tenemos dos apartados más: el menú de lo sincronizado y nuestro perfil, ambos con unos iconos en la esquina superior derecha. En el primero encontramos los álbumes y el botón de sincronizar (habrá que pulsarlo cada vez que hagamos cambios) y en el caso del perfil podemos agregar nuestra foto y vemos qué almacenamientos tenemos sincronizados.
Control de la reproducción
La app funciona con una única lista de reproducción que por defecto incluirá todo lo que hayamos agregado desde la pantalla de sincronización con el fin de escucharlo online, ya sea en wifi o datos. Esto (la conexión) se nos indicará en todo momento dentro de la esfera que indica el tiempo transcurrido en la pantalla principal, mostrando un símbolo u otro según qué conexión usemos. Aquí interviene otra de las principales características de la app: podemos descargar cada canción para reproducirla offline, ofreciendo una compresión mucho mayor de modo que promete no suponer un problema de almacenamiento (en los servicios de música en streaming, la música offline se descarga de manera local ocupando una parte considerable del espacio).
Por el momento sólo puede configurarse una lista cuyo título no podemos personalizar, y a ésta se agregará por defecto todo el contenido de la carpeta (del disco). Lo que sí podemos seleccionar de manera individual son qué canciones descargamos para escuchar offline, yendo a la lista (un pequeño icono representado por una lista debajo de la esfera de reproducción en la pantalla principal) y pulsando sobre el icono de la nube que queda en el extremo de la derecha.
Un producto gratuito y práctico, pero prematuro
Las tiendas de apps tienen campos que cuentan con más apps que otros, y el de los reproductores de música es uno de ellos. Cuando los servicios en streaming mantienen su lucha por ofrecer la mejor oferta y diferenciarse, no se plantea como algo fácil destacar en este sector. No obstante, la propuesta de Osonomío es distinta y tiene como diana aquellos usuarios que no opten por estos servicios, sino que se decanten por la compra, especialmente aquellos que acumulen una biblioteca “física” de música durante años.
No obstante, es un producto nuevo y aún tiene algunos detalles por pulir. La app presenta algunos fallos en la estabilidad, montándose elementos de la interfaz y experimentando cierres espontáneos (en pocas ocasiones ambos), o el hecho de que no aparezca la carátula aunque hayamos añadido el archivo “cover.jpg” como se especifica en las instrucciones. También se echa en falta algo más de personalización en cuanto a las listas y que se puedan tener varias.
No obstante, en la web de la app vemos que su desarrollador deja claro que tienen previstas tanto mejoras como el lanzamiento en Android (ahora sólo está en iOS).