La última presentación (la de la WWDC) fue, en mi opinión, el asentamiento de varias tendencias que empezaron a esbozarse en la que todos calificamos como “la nueva Apple”. Ésa que empezó cuando un curtido (pero hasta el momento discreto) Tim Cook cogió las riendas de un pura sangre que para algunos, ésos que solemos ir de puerto en puerto con nuestro uso y nuestra cartera, era demasiado puro y necesitaba algo de mezcla. ¿Está Apple yendo hacia esa mezcla y abriéndose? Personalmente, lo dudo bastante.
Sobre esto, sobre si Apple es ahora menos cerrada, hay dos planos de análisis: con respecto a terceros en general y con respecto a las otras plataformas y sistemas. Sí es cierto que en cuanto a lo primero estamos viendo que, desde aquella Apple primigenia de “No sin mis formatos” y “No sin mis conexiones”, algo sí ha cambiado (a bien) de cara a esa exclusividad de beneficio dudoso (más unidireccional que bidireccional). Aunque seguimos con el Lighting, la omisión de Flash y otras marcas de la casa, la apertura de ciertas APIs como la de Siri son un signo de apertura, o el hecho de que se permitan extensiones.
No está tan clara la apertura a otros sistemas. Si en el caso anterior estas aperturas han venido por partes y muy tarde, hablando de productos propios la cosa está cuanto menos algo más coartada. Al menos a título personal no me dejé obnubilar por el hecho de que Music saliese para Android (más bien escéptica en cuanto a que la app permitiese lo mismo en una plataforma y otra), y de hecho para este año se esperaba un Mensajes abierto y, una vez más, nada de nada.
Aquí me vienen a la cabeza dos aspectos: tiempo de sobra y la conveniencia. ¿Hasta qué punto conviene que las apps propias se abran? ¿Que Siri abra una app de terceros y no una propia? ¿Y hasta qué punto importa a la masa de usuarios? Aquí hay mucha reflexión y, sobre todo, mucha estadística y datos que no tengo, pero tal vez la inversión de tiempo y dinero que supondría abrir Mensajes, la suite de ofimática o cualquier otra app no convienen pensando en que de ese modo es más probable que se use lo de casa y que el hecho de que estas apps o servicios estén sólo en los sistemas de Apple sean un reclamo. Con todo este tiempo sólo hemos visto abrir la puerta un dedito, dudo mucho que la veamos abrir más.
Es muy sencillo dar una respuesta a esta cuestión si nos atrevemos a definir qué significa que una empresa sea cerrada y sobre todo acotamos el alcance de estos supuestos cierres.
En el ámbito del desarrollo de software el tema de que algo sea abierto o cerrado suele ser origen de mucha confusión entre los usuarios finales, que no acabamos de entender qué significa exactamente esto. Además tenemos cierta tendencia a decidir lo que una empresa privada tiene que hacer con sus siguientes diseños, aplicaciones, evoluciones de sistemas y si me descuido hasta con el reparto de beneficios entre sus accionistas.
Con solo aplicar un enfoque sencillo, que no simplista, podremos entender que Apple tiene un ecosistema cerrado formado por un entramado de software y hardware que funciona de forma excelente en la mayor parte de sus cometidos. Es bueno que tenga un ecosistema al que se le aplique la característica de cerrado. Cerrado en esta ocasión es bueno.
El perfeccionismo es un arte dentro de la sede de Cupertino y también el motor que les lleva a realizar cada vez más cosas y cada vez mejores. Para mejorar su ecosistema, a lo largo de los últimos años han decidido “abrir” algunas aplicaciones mediante los correspondientes kits para que los desarrolladores externos a Apple puedan ayudar a evolucionar el ecosistema original. En este sentido la apertura es creciente y su ecosistema cada vez es más abierto. Abierto en esta ocasión es bueno. Que muchas instituciones encargadas de fomentar hábitos y campañas saludables en países en vías de desarrollo hayan mostrado enorme interés pos las posibilidades que existen una vez se ha abierto CareKit a desarrolladores es un éxito. También el nuevo SiriKit se abre a desarrolladores en la última iteración del sistema móvil de Apple para que más apps de terceros puedan interactuar de manera sencilla y útil para el usuario. Me atrevo a pronosticar que esto será un éxito también.
Apple abre lo que puede abrir cuando considera que es el momento de abrirlo, con independencia de todo lo que nos guste jugar con nuestros gadgets a los usuarios finales. Tienen un objetivo muy diferente al que tenemos nosotros y seguirán dejando cerrado todo el código necesario mientras van afilando su hacha, pausadamente, sin prisa, esperando el momento dulce en el que hacer una nueva apertura.
Apple es cada día menos cerrada.
Esta frase está sacada del monólogo del personaje Rorschach con que comienza el cómic de culto Watchmen, escrito por Alan Moore y dibujado por Dave Gibbons, una de las referencias de la cultura pop de nuestros días, en el que cada página es una crítica aplicable tanto a la sociedad occidental de 1986 (fecha en la que se publicó el cómic) como a la de hoy en día.
Cada vez que escucho a alguien decir que Apple debería hacer esto o que Apple debería optar por aquello, recuerdo esa frase del discurso de Rorschach, evidentemente sacada de su contexto y sin todas las palabras malsonantes que la preceden.
Desde la vuelta de Steve Jobs a la compañía, Apple ha marcado un rumbo fijo determinado por la idea de crear un jardín vallado, un ecosistema digital en el que el usuario se encuentre a gusto y feliz, tanto que olvide las limitaciones técnicas de dicho entorno. Porque sería absurdo decir que los dispositivos y sistemas de Apple no tienen limitaciones ¿verdad? Con un teléfono Android podemos hacer muchas más cosas que con un iPhone, no importa que Google siga más y más los pasos de Apple en cada iteración del sistema, las posibilidades están ahí.
Pero no es esto lo único que ocurre: iOS también se aproxima en cada versión más y más a algunas de las libertades y posibilidades que ofrece Android, pero al estilo Apple, es decir, todo mucho más pensado, mucho más perfecto y más intuitivo para el usuario. La presión sobre éste se va relajando y de pronto ve que muchas piezas van encajando, y que todo eso que su cuñado podía hacer con su Samsung ahora él también lo puede hacer, pero de manera mucho más elegante y práctica. O lo que es mejor, ya no necesita hacerlo porque Apple ha ideado otro camino mucho más rápido para llegar al mismo sitio. Es lo que tiene invertir en I+D.
Y esto es así, el usuario sigue estando contento con su iPhone y lo está cada vez más. Entre octubre y diciembre de 2015 Apple vendió “sólo” 74,8 millones de iPhones, cuando los analistas esperaban 75,5. Como puede verse, todo un fracaso ¿no? Las ventas no sólo de iPhones, sino de todos los smartphones, parecen haberse estancado, seguramente porque no quedan más seres humanos en el planeta a los que vender uno de estos dispositivos. El mercado está completamente maduro y ahora, mucho más que antes, se ha convertido en una jungla, donde un gigante como Samsung puede verse sobrepasado en China (el mercado más interesante hoy en día) por Xiaomi, Apple y Huawei, antes de que le haya dado tiempo a darse cuenta siquiera de qué estaba pasando.
Así que una de las bazas de la competencia es intentar quitar exclusividad a lo que ofrece Apple ¿mejorando ellos sus productos? No, llorando, implorando salvación:
- Pidiendo que iMessage esté en Android, para que mis usuarios no me abandonen y se compren un iPhone.
- Pidiendo que Apple Pay esté en Android, para que cuando (inevitablemente) se convierta en uno de los principales estándares de comercio electrónico, mis usuarios no me abandonen y se compren un iPhone.
- Pidiendo que la app Podcasts estén en Android, dado que en esta plataforma no hay un líder tan destacado, ¡los podcasters estarían encantados! y así quizá mis usuarios tendrían un motivo menos para comprarse un iPhone.
- Pidiendo que el Apple Watch funcione con Android o incluso sin necesidad de un teléfono, para que mis usuarios no me abandonen y se compren un iPhone.
Total, Apple ya no va a vender más iPhones ¿no? Ha llegado a su tope, así que comparta con nosotros todas esas apps y servicios que hacen única su plataforma. ¡Eso es lo que tiene que hacer Apple!
A Steve Jobs, en sus primeros años al frente de Apple tras su vuelta, los analistas, el mercado e incluso el propio Michael Dell, le pedían que licenciase macOS a otros fabricantes de hardware, como medio para salvar la plataforma. En realidad eran todos esos los que necesitaban y pedían salvación y Steve Jobs, como hoy hace Tim Cook, miraba hacia abajo y susurraba: “No”.
Siempre se ha criticado a Apple en los medios y en blogs especializados (sobre todo en los comentarios) diciendo que es una empresa muy “cerrada”. Pues bien, es una afirmación totalmente falsa. Es cierto que parte del software de Apple es cerrado y también es cierto (y necesario) que no informen de sus actividades internas. ¿Por qué es necesario? Porque la competencia aprovecharía cualquier información para utilizarla a su favor. Apple crea productos maravillosos, tanto de hardware como de software, y sin ese recelo a compartir cada paso que dan consiguen crear un producto nuevo sin que la competencia sepa realmente lo que está haciendo, aunque gracias sobre todo a China este “secretismo” se rompe. En la última WWDC, la gente de Cupertino abrió un poco más sus plataformas a nivel de software, permitiendo a los desarrolladores exprimir aún más las capacidades de sus sistemas. ¿Podrían haberlo hecho antes? Sí, pero el resultado no hubiera estado a la altura de las expectativas. Apple jamás implementa algo hasta que está segura de que reúne un cierto nivel dentro de sus estándares de calidad (cierto, la primera versión de sus mapas son la excepción, pero lo remediaron de inmediato). Al haber esperado hasta ahora, han conseguido crear un conjunto de herramientas muy bueno para los desarrolladores, pues podrán implementar todo con muchísima facilidad.
Apple hace unos aportes increíbles a la comunidad de software libre, comparte sus datos sobre el medio ambiente, muestra todo lo relevante sobre la situación laboral de sus trabajadores, y a veces incluso comparte detalles que muchas empresas jamás darían (sólo hay que saberlos buscar). E incluso pone a disposición de los desarrolladores toda la información que necesitan saber sobre sus sistemas. Y cada año que pasa, todo eso aumenta y mejora.
Por lo tanto, como puedes ver, decir que Apple es una empresa cerrada es un error. ¿Es Apple cada día menos ‘cerrada’? Por supuesto que sí, aunque realmente mirando su historia con perspectiva, no ha sido nunca especialmente cerrada.
Por suerte, y aunque dé la sensación de que cada vez Apple es menos cerrada, la respuesta a esta pregunta es un rotundo “no". Pero esta es una respuesta que hay que matizar, o más bien explicar.
Desde la marcha para siempre de Steve Jobs hemos visto ciertos movimientos por parte de Apple en forma de nuevas características en sus sistemas operativos, concretamente en iOS. Movimientos que han dado la sensación de que algo estaba cambiando en Apple y que, poco a poco, parecía como si se abriese un poco más al mundo o a las "exigencias" de los clientes. Pero sólo era una sensación.
Steve Jobs siempre mencionó a Henry Ford recordando la frase "si les hubiese preguntado a mis clientes qué querían me habrían respondido que un caballo más rápido"
Esa es la línea que ha seguido Apple desde la vuelta de Steve Jobs en los 90: ofrecer al cliente lo que Apple ha creído que necesitaba. Y lo ha hecho siempre a su manera.
El hecho de que ahora iOS incorpore widgets, teclados de terceros y demás características que en otros sistemas operativos ya existen no quiere decir que Apple se esté abriendo, sigue siendo (por suerte) la misma empresa que crea productos cerrados. Lo único que está haciendo es incorporar nuevas características dotando a los desarrolladores de nuevas herramientas, pero siempre poniendo por delante las condiciones sobre qué y cómo han de funcionar todas las cosas en su sistema.
Y eso es algo que los usuarios de productos Apple deberíamos agradecer, por más que nuestro cuñado nos diga que su smartphone con Android hace muchas más cosas por menos dinero. Nuestros iPhone hacen lo que hacen, pero todo lo que hacen lo hacen bien, porque Apple aprieta, pone sus normas y sólo permite aquello que no va a enturbiar la experiencia de usuario. Usuario que paga mucho dinero por sus productos y quiere, simplemente eso: una buena experiencia.
Seguiremos recibiendo novedades que ya existían en el mercado, y lo haremos al ritmo de Apple. Pero cuando las recibamos sabremos que funcionarán como deberían funcionar desde el primer día.
El paradigma de Apple es siempre desarrollar productos complejos y completos. Esto quiere decir una unión de software y hardware intrínsecamente relacionados entre sí para dar lugar a un producto definido con un objetivo determinado. Para la compañía, es además muy importante cómo se comporta y controlar todos los detalles de cada uno de los aspectos de sus productos, ya que modificar la idea original podría trastocar el concepto que quieren poner en manos de clientes. Por eso, durante muchos años, la compañía ha custodiado esa combinación: la suma de las partes es importante para Apple, pero también es necesario que esa suma sea exacta a lo que quieren crear.
Durante los últimos años Apple ha comenzado a ofrecer a los desarrolladores herramientas que permiten modificar ciertos márgenes del producto: el acceso a Siri, los widgets, la comunicación con características claves del sistema operativa que otrora eran cerradas… Eso quiere decir que Apple está entendiendo las necesidades del usuario y mejorando las capacidades de sus productos, pero siempre dentro de la zona segura para no emborronar su idea original. Tal y como lo comentábamos antes, podríamos decir que hoy en día la suma de las partes ya no da lugar a un valor exacto, sino a un margen variable entre ellos dos. Acotado, eso sí.
El futuro sin duda pasará por este aporte de valor a sus creaciones, ya que los desarrolladores son hoy en día una fuerza creativa tan importante como otros activos que pueda tener la compañía. Entienden que además ellos también quieren ser parte del proceso creativo y participar de sus mejoras, lo que ha dado lugar también a un programa de pruebas de betas que en otros momentos era menos accesible. Hoy, incluso lo es para los usuarios valientes que quieran anticiparse a la versión final: de nuevo, el aporte de valor, la complicidad con los usuarios y entender que las necesidades están cambiando. Todo esto sin perder el control de la innovación y la dirección del producto: siempre - y es importante - dentro de márgenes seguros haciendo partícipe a las personas con buenas ideas.
No podemos negar que Apple ha sido considerada desde siempre como una compañía cerrada. Por mencionar algunas de las razones tras dicha afirmación podríamos destacar el riguroso control del contenido disponible en sus tiendas aplicaciones, la escasez de opciones a la hora de modificar el aspecto visual de sus terminales o la necesidad de utilizar herramientas propias como iTunes para gestionar sus dispositivos, entre otros. Aun así, es interesante reflexionar sobre los movimientos más recientes por parte de la compañía y preguntarnos si Apple es una compañía cada vez menos cerrada.
Por supuesto, todo depende del enfoque que le demos a la palabra cerrada. Si bien es cierto que Apple controla por completo su ecosistema, esta es una de las principales ventajas de los dispositivos que comercializa la marca de la manzana mordida: el hecho de que tanto el hardware como el software sean diseñados por la misma compañía es garantía de un funcionamiento óptimo, algo que no siempre sucede con otras alternativas disponibles en el mercado. Por tanto, que Apple sea cerrada en ese aspecto no supone (en mi opinión) un inconveniente, sino más bien todo lo contrario. Sí que es cierto que en otros aspectos Apple está optando por una estrategia que podríamos calificar como más abierta. Por poner algunos ejemplos podríamos destacar el anuncio de la apertura a los desarrolladores de plataformas como Mensajes, Mapas o Siri. Es aquí cuando la apertura es de agradecer, ya que a la larga se traducirá en una mejor calidad de sus aplicaciones con la llegada de nuevas funciones.
Por lo tanto, yo no me apresuraría a afirmar que Apple es cada vez menos cerrada, ya que las actuaciones de la compañía en cuanto al control de su ecosistema siguen siendo las mismas. Aun así, sí que es cierto que la compañía está demostrando un mayor interés en dejar que los desarrolladores exploten cada vez un mayor número de características de sus sistemas operativos, pero simplemente son decisiones que se deben a la propia trayectoria de crecimiento de la compañía.