scroll
Anotaciones, proyectos enteros o la rutina de cualquier trabajo que, como éste, implica escribir cientos o miles de palabras al día. Y combinar eso con nuestros desplazamientos o las distintas situaciones en las que nos podemos encontrar requieren que echemos mano del dispositivo que tengamos, sea el ordenador, el tablet o el móvil. Aunque siempre hay alguna app de notas preinstalada, en ocasiones preferimos algo más versátil y completo y es ahí donde queda Scrivener.
Una aplicación que lleva un tiempo funcionando en el sistema de escritorio de Apple y que en junio pasaba a terreno táctil, con el reto que eso implica. La apuesta ahora es cubrir las necesidades de quienes ya llevaban tiempo con ella en su ordenador así como seducir a aquellos que no están satisfechos con lo que ofrecen los procesadores de texto actuales para iOS, bien por excesiva sencillez o todo lo contrario. Veamos qué ofrece Scrivener para iOS.
Un escritorio para proyectos a la carta
Como suele ocurrir, la app empieza con un pequeño tutorial con algunos slides, si bien luego encontramos uno ampliado a modo de lo que es un proyecto en la propia aplicación. En ese primer momento ya descubrimos una de sus principales características: la sincronización. Si trabajamos con varios dispositivos a lo largo del día esto es algo a tener en cuenta, aunque en este caso han confiado únicamente en Dropbox (si hasta el momento has trabajo con Pages, quizás aquí te toque cambiar de hábitos), al menos de momento.
También nos indica otra característica: la app por el momento está en inglés, aunque a favor de quien prefiera una versión en español aquí hay más bien poco vocabulario que entender, dado que muchas opciones serán simplemente un icono. Aquí podemos pasar a hablar de esto en concreto, de la interfaz, y como cabría imaginar por el uso de la app tenemos un escritorio principal y varios paneles de navegación en los bordes.
«La navegación es bastante sencilla y se entiende en pocos segundos»
La barra de navegación entre los distintos proyectos y secciones se sitúa en la parte izquierda, y queda oculta en el momento que escribimos (pudiéndola ver deslizando desde el borde izquierdo hacia la derecha). En primer lugar tenemos Recent y Bookmarks, siendo lo abierto recientemente y los marcadores respectivamente (podremos añadir un marcador en cada documento, luego lo veremos), y a continuación el Binder (algo así como la carpeta principal), donde aparecen los proyectos y las secciones Research y Trash, que son una pizarra de notas en primer lugar y una papelera en el segundo. La navegación es bastante sencilla y se entiende en pocos segundos. Si bien hará falta algo más de tiempo para acomodarnos y establecer un flujo de trabajo lo más ágil posible.
Aquí tendremos opción de personalizar qué mostrar y cómo. Cada proyecto puede etiquetarse o cambiarse de icono (entre otras opciones) y podemos configurar esta barra de la izquierda para que nos muestre estos símbolos o colores. Para ello hay que navegar entre las opciones del menú de configuración que se sitúa en la esquina inferior izquierda.
Que todo esté al alcance
Más allá de la organización que permite la app (los proyectos son al fin y al cabo carpetas y archivos en un árbol de pocos niveles), la clave de Scrivener es lo que facilita la escritura, sobre todo si somos de los que requiere varios formatos de letras que se van a repetir. Aquí van a tener ventaja aquellos que estén acostumbrados a trabajar con Pages porque la barra de herramientas de la parte superior es muy similar, tanto en los iconos: una brocha para el formato de la letra (cuyo menú desplegable se asemeja también al de Pages aunque tiene más opciones), Recents (lo mismo que en la barra de la izquierda) y Buscar.
Y es ahí cuando empezamos a ver ventajas, en la paleta de formato. No sólo podemos cambiar color, tamaño y fuente, sino que podemos copiar y pegar ediciones enteras siendo así más rápida la escritura si hemos de intercalar estilos. Están además los predefinidos para párrafos y demás, y personalizar los espacios tanto entre letras, como entre líneas.
Otro aspecto que destaca en este sentido es un teclado especial propio, o más bien una fila extra (en la parte de arriba). Aquí tenemos botones directos para comillas, selección de palabras (así como ampliarla o reducirla), e incluso para notas al pie. Podemos navegar en ella deslizando a los lados, y algo a tener en cuenta es que es justo en el teclado donde se encuentra el botón de "deshacer" (con una tecla propia junto al shift).
«Hay tres elementos que Scrivener mejor respecto a otros procesadores de texto para iOS: más opciones de formato, una barra extra en el teclado y más opciones en el menú al seleccionar texto»
El tercer elemento que mejora con respecto a otras aplicaciones similares es el menú desplegable de opciones que sale al seleccionar texto. Aquí también veremos muchas más opciones, como por ejemplo el poner negritas y cursiva, que harán también la tarea mucho más ágil. En este caso siguen apareciendo en inglés, pero no hay demasiados términos y es fácil familiarizarse con ellos aunque no controlemos el idioma. También hay que deslizar a izquierda o derecha para ver todas las opciones.
Otra función útil es el poder guardar el archivo en varios formatos de archivo, como *.pdf, *.rtf o *.doc. Aunque lo que podemos encontrar en falta es que no tenga soporte para *markdown*, es decir, la escritura que se realiza en código para títulos, formato y demás, algo usado en las publicaciones en web.
Así, el flujo de trabajo no tarda en ser relativamente ágil, aunque aquí hemos de tener en cuenta que no hay una sincronización automática como en Pages o Documentos de Google (o en la versión de Scrivener para escritorio). Hemos de recordar darle al botón con el símbolo de actualizar para que haga lo propio en nuestra cuenta de Dropbox. Aquí además tener en cuenta que si trabajamos simultáneamente con la versión de escritorio, y tendremos que vigilar que se guarda la copia correcta, si bien la propia app avisa del posible conflicto.
Completa, sencilla y multiplataforma
La app es ligera (aunque sea muy completa para su uso) y funciona bien tanto en iPhone como en iPad (donde tiene una interfaz obviamente más cómoda y es algo más completa en funciones). Solamente hemos encontrado algún pequeño tirón en cuanto a la disposición de los elementos, por ejemplo al desplegar el menú Compartir desde las opciones del desplegable del cursor, pero han sido eventos puntuales que pueden deberse al hardware.
Como hemos dicho, la app está disponible para iOS y para OS X. La que hemos revisado aquí es la de dispositivos iOS y la podéis encontrar por 19,99 euros en la App Store (es universal, es decir, con un solo pago tendremos la app para ambos dispositivos). Quizás una manera de comprobar si se adapta a nuestras necesidades sin hacer la inversión es probar la versión de escritorio, dado que en el caso de OS X sí existe una versión de prueba y las características son prácticamente las mismas.